jueves, 11 de octubre de 2012

Visita de Adrián Pérez


Recuerden que el lunes 15 nos visita el periodista Adrián Pérez.
La idea es que ustedes le pregunten sobre:
Cómo es el proceso de producción de una nota de investigación o informe.
Cómo se organiza, una vez elegido o asignado el tema.
Qué fuentes consulta, cómo las trabajas (directas y documentales).
Si tiene alguna metodología/rutina, lo previsible y lo imprevisible.
También que les cuente sobre el proceso de escritura, cómo piensa la estructura de la nota, los géneros.
Adrián ha investigado mucho sobre el asesinato de Mariano Ferreyra, estaría bueno que se interioricen sobre el tema para aprovecharlo. Cuáles fueron las puntas que siguió, cómo constata las fuentes…
Si surgen otras dudas o inquietudes obviamente serán bienvenidas…

Con respecto a la revista, no he recibido muchas consultas…
Pero les recuerdo que en esta entrada hay algunas indicaciones:
http://cronicasflotantes.blogspot.com.ar/2012/10/clase-del-15-de-octubre.html

Perfil


NANCY MAE CLUTTER

Por María Cecilia Cartoceti
Quizá fuera su melena corta y avellana sometida a cien cepillados nocturnos. Tal vez fueran esos ojos translúcidos y oscuros los culpables de su belleza y popularidad. Truman Capote lo retrató por extenso en A sangre fría: Nancy Mae Clutter miraba con el desprejuicio y los aires de una auténtica belle sureña. Ni siquiera el más brutal asesinato pudo manchar esa personificación del sueño americano. 
Nacida el 2 de enero de 1943, Nancy fue la tercera hija del matrimonio Fox-Clutter. Bonnie y Herbert, sus padres, eran grandes ejemplos del puritanismo de los ’50 y un sentido de austera diligencia corría profundo en la familia Clutter. A los 16 años, Nancy era una joven de una complacencia y un compromiso exacerbados para con el somnoliento Holcom. “Ella sentía que era su deber estar disponible para las muchachas más jóvenes que necesitaban de su ayuda para cocinar y coser, para sus lecciones de música o, como sucedía a menudo, para confiar sus secretos”, escribió Capote.
Nancy y su hermano menor Kenyon participaban del programa gubernamental 4-H (Cabeza, Corazón, Manos y Salud, por sus siglas en inglés). El lema era “hacer de lo mejor, mejor” y Nancy lo cumplía a rajatabla. En su cruzada por la perfección, también integró la Liga de Jóvenes Metodistas, un grupo de teatro escolar y tantas otras actividades que da vértigo enumerar.
Su exuberante personalidad era tan entrañable como estereotípica. Parecía que la alegría que eludía a su madre depresiva y la extroversión que escapaba a su hermano menor, se habían concentrado en el cuerpo ágil y magro de Nancy. “¿Kenyon? (…) ¿Piensas que Tracy podrá hablar para el Día de Acción de Gracias? (…) ¡Me alegraría tanto escucharlo decir ‘Tía Nancy’! O ‘Tío Kenyon’. ¿No te gustaría escucharlo decir eso? Quiero decir, ¿no te encanta ser tío? ¿Kenyon? ¡Por el amor de Dios!, ¿por qué nunca me contestas?”, reprodujo Capote.
El amor, ciertamente, no eludía a Nancy. Su devoción se repartía entre su pequeño sobrino Tracy, el gato Evinrude, el caballo Babe y en una estrella de básquet estudiantil, Bobby Rupp. Para alarma del señor Clutter, los Rupp eran Católicos Romanos, suficiente razón para desear que la joven pareja no prosperase más allá de sus cuatro años de relación. Por los enredos irónicos del devenir, los anhelos de Herbert Clutter se cumplieron.
Nancy se esforzó por capturar el acontecer cotidiano en el estilo práctico de los Clutter. Aún así, fue su único gesto de rebeldía a la austeridad puritana: su diario íntimo era un conjunto ecléctico de colores y caligrafías. Cambiaban tinta y trazo mientras Nancy intentaba entender quién era ella. Capote dijo al respecto: “pareciera que ella se estaba preguntando ‘¿Es ella Nancy? ¿O aquella? ¿O esa otra? ¿Quién soy?’”.
Susan Kidwell parecía saberlo. Un año menor que Nancy, era su mejor amiga, casi una hermana. Susan sabía de la condición psiquiátrica de Bonnie, conocía la historia detrás de Bobby y planeaba junto a Nancy una vida universitaria en Manhattan como estudiante de arte. Susan era compañera de estudios de la joven Clutter y de una tal Nancy Ewalt. Las tres compartieron salones de clase y horror: Kidwell y Ewalt hallaron los cuerpos de su amiga y de toda su familia una soleada mañana de domingo.
Perry Edward Smith y Dick Eugene Hickock fueron las últimas caras que Nancy Clutter vio. Dick confesó que quiso violarla pero que Perry lo evitó. Asesinaron a Kenyon, Herbert y a Bonnie primero. Nancy fue la última en morir. Nancy fue, además, el único miembro del clan Clutter que no estaba amordazado. Quizá fue su cabello avellana o quizá fueron sus ojos oscuros y translúcidos los culpables del gesto de gracia.   

Perfil


TRUMAN CAPOTE

Por José María Previgliano
En 1959 ocurre un crimen aparentemente inexplicable en un pequeño pueblo de Estados Unidos llamado Holcomb. Hasta allí llegan toda clase de personajes para develar el violento asesinato de un granjero y su familia: policías, investigadores privados, médicos forenses, periodistas. Entre los interesados por el misterioso suceso se encuentra un hombre pequeño, rubio, de más de cuarenta años, que insiste en que detrás del asesinato se esconde una historia compleja que la sociedad tiene que conocer. Acostumbrado a escribir novelas, en este caso se dedica durante un año a recorrer los alrededores de la escena del crimen, recopilar información y registrar los diálogos que entabla con más de cien personas, entre ellas, vecinos, familiares y amigos de las víctimas. Siete años más tarde, con el crimen ya resuelto por las autoridades policiales, el resultado de esa investigación se transforma en “A sangre fría”, la novela que convertirá a este pequeño hombre en uno de los padres del nuevo periodismo.
Truman Streckfus Persons, más conocido como Truman Capote, nace el 30 de septiembre de 1925 en Nueva Orleans, Estados Unidos. En la adolescencia descubre su interés por la escritura y empieza a publicar cuentos en algunas revistas populares con tan sólo diecisiete años. Pero además de sus ficciones, para ese entonces ya empieza a disfrazar de novela un escándalo social de su entorno que le parece muy atractivo. Un tiempo después es contratado por una importante revista norteamericana y así conoce el oficio de periodista que lo acerca al reportaje de investigación. De esa manera completa el currículum variopinto que se reflejará en la nueva corriente periodística que inaugura. 
Truman Capote no conoce límites. La variedad de técnicas literarias de las que se vale para escribir sus obras le sirven para mantener un dominio estilístico y emocional sobre el material con el que trabaja. Según él, “con el reportaje no se pueden lograr las profundidades inmediatas que pueden lograrse en la literatura novelística. Sin embargo, una de las razones que me han movido a escribir reportajes es la de probar que podía aplicar mi estilo a las realidades del periodismo”.
Precisamente, el estilo de Truman Capote está íntimamente relacionado con su personalidad. Sólo un hombre con una cabeza fría, dura y deliberada puede mantener cierta distancia y reflexionar apasionadamente, pero a su vez con cautela, acerca de una historia como la que Capote relata en “A sangre fría”. “Tengo que agotar la emoción antes de sentirme lo suficientemente clínico para analizarla y proyectarla, y por lo que a mí se refiere, ésa es una de las leyes de la adquisición de una verdadera técnica”, declara el escritor en una entrevista.
Obsesivo tanto en su gramática como en los pormenores de la vida de cada uno de los personajes de “A sangre fía”, Capote no deja pasar detalles. Su astucia de investigador le permite captar hasta la información más vaga que pueda guardar relación con el asunto principal que lo atrae. Pero para llegar a construir una novela de no ficción, combina su inteligencia periodística con una importante cuota de imaginación. La obra final no la concibe durante el trabajo de campo, sino recién acostado en un diván, con un cigarrillo o un café en una mano, y un lápiz negro en la otra. Así, Truman Capote se convierte en uno de los pioneros del magnífico complemento que tan sólo las eminencias pueden lograr entre la literatura y la investigación periodística.  

Perfil


HORACIO DI CHIANO

Por Teresa Valentin
En 1944 Jorge Luis Borges publica Ficciones. En uno de sus cuentos, “El milagro secreto”, el autor relata los últimos días de vida del escritor Jaromir Hladik, capturado por los soldados nazis. En la cárcel le pide a Dios un año más para terminar su obra maestra y su deseo se convierte en realidad en el momento del fusilamiento. De repente, el tiempo físico se detuvo: un minuto se transformó en un año. Cuando culminó de escribir, las balas atravesaron su cuerpo y murió. Uno creería que algo así nunca podría ocurrir, pero el relato de Horacio di Chiano se puede asemejar a esta ficción con la diferencia de que él sí pudo contarla por sí mismo.
Horacio di Chiano era un típico hombre de clase media. A sus cincuenta años tenía esposa y una única hija de 24. Era de estatura pequeña, moreno y en su rostro dialogaban los anteojos con su bigote. Trabajaba como electricista en la compañía Ítalo y aspiraba a jubilarse para luego mantenerse por cuenta propia. Su pasar económico se reflejaba en la armonía de su hogar, un lugar adornado con muebles de series en el que se destacaba la abundancia de cortinados, de almohadas y alfombras.
La rutina no lo inquietaba. Los días eran para él simples números en el calendario; de hecho, el sábado 9 de junio de 1956 transcurrió normal hasta las 23 horas cuando los policías golpearon la puerta de su finca, ubicada en la localidad de Florida. Allí se produciría el acto más injusto de su vida: su detención junto con otros hombres para luego ser fusilados en un descampado en José León Suarez.
Don Horacio jamás supo por qué lo llevaron a fusilar. Su rostro era la viva imagen de la incertidumbre, ante cada hecho ocurrido esa noche reaccionaba con sorpresa, en especial, cuando le preguntaban dónde estaba un tal Tanco. Su naturaleza simple no podía concebir algo tan ficcional como lo que le estaba ocurriendo.
Quizás, por eso fue uno de los primeros en bajar del camión que condujo a los detenidos al descampado donde ocurriría la operación masacre y en donde, al igual que el personaje de Borges, se le concedería un deseo: vivir. La oscuridad le permitió actuar con sigilo, ante los disparos su instinto fue tirarse cuerpo a tierra y detener su anatomía en tiempo y espacio. Y acá la conexión con el milagro secreto.
Un milagro ocurrió cuando las luces del camión se convirtieron en verdugos de su muerte temporal. En el momento de registro de cuerpos le apuntaban sólo a él. Petrificado en el suelo el tiempo se convirtió en minutos, horas y años, mientras su mente le ordenaba no moverse ni respirar. Don Horacio era su propio Dios en ese juego de paciencia del que salió ganando, pero no lo supo hasta horas más tarde cuando se sentó en un bar a tomar café y un vaso de caña.
Desde ese momento se convirtió en uno de los siete sobrevivientes de la masacre de José León Suarez. Desde ese día, por unos cuantos meses, fue un prófugo de la ley, perdió su cómoda vida y su trabajo de diecisiete años. La vida se hizo más real que nunca, lamentablemente. 

jueves, 4 de octubre de 2012

Clase del 15 de octubre

Hola, les recuerdo que el 15 de octubre deben entregarme las revistas.
Algunas cosas a tener en cuenta:
Deben ser como mínimo 3 pliegos (12 páginas) y como máximo 4 pliegos (16 páginas).
Debe haber variedad de géneros.
Diseño de tata y contratapa.
Que tenga coherencia conceptual y editorial.
Staff
Editorial, si es que lo quieren.
Elementos de edición:
-de notas largas volanta/ título/ copete o bajada.
-las notas cortas pueden tener sólo volanta y título.
-No repetir palabas y familias de palabras.
Cualquier duda me escriben...
Por otro lado, recuerden que en la fotocopiadora de planta baja dejé material sobre investigación periodística:
Sala de Prensa (SDP), artículos En www.saladprensa.org
Reyes Leonarda, Estrategias de Investigación. En www.saladeprensa.org
Del Río Rynaga, Julio. Periodismo interprtativo, El Reportaje. Ed. Trillas.

Por último, les recuerdo que en comisión 34 (de 18 a 19) y en la comisión 35 (de 19 a 20) nos visitará el periodista Adrán Pérez. Escribe en Página 12 (comenzó en ciencia, luego en política y hoy está en internacionales), también escribe en revista Debate, Caras y Caretas y Veintitrés.
Les pego algunas notas suyas, pero les pido que piensen preguntas sobre investigación periodística, trabajo con las fuentes, organización del texto, luego de la investigación.
http://veintitres.infonews.com/nota-5431-politica-El-hombre-de-la-escopeta.html
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-204221-2012-09-26.html
http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-201566-2012-08-22.html
http://www.revistadebate.com.ar/2012/06/22/5576.php
Saludos, Clarisa.

Entrevista a Santiago Gándara



“ACÁ NO HAY PROYECTO DE UNIVERSIDAD”
Por Marina Sette

En el marco de la lucha contra las cesantías docentes en la Universidad de Buenos Aires (UBA) el titular de la Asociación Gremial Docente (AGD) habló del tema y de las políticas del Rectorado.

 Santiago Gándara entró al aula con la misma simpatía y liviandad con la que camina en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Este docente en la carrera de Ciencia de la Comunicación Social y titular de la Asociación Gremial Docente (AGD) lucha hace años por las políticas que considera justas y para lograr un proyecto de universidad (según él, no lo hay). Actualmente lo ocupan por sobre todas las cosas  los 152 docentes de más de 65 años que fueron cesanteados deliberadamente por el Rectorado y los 500 a los que podría pasarles lo mismo a fin de año.


¿Qué son las cesantías docentes?
 Las cesantías docentes son una política, quizás la más despótica, del Rectorado y el Consejo Superior de la UBA porque reúne varios fenómenos. Por un lado, el desconocimiento de la Ley Nacional 26.508 conquistada en el año 2009 que en unos de sus artículos asegura que todo docente tiene derecho a permanecer en su cargo una vez que cumplió los 65 años por cinco años más. El texto no aclara si son regulares o interinos, si son titulares o auxiliares, dice “docentes”. La UBA es la única universidad en todo el país que desconoce este derecho y que está cesanteando, despidiendo, a docentes deliberadamente.

¿Cuál cree que es el sentido/el objetivo de esta política de cesantías que lleva a cabo el Rectorado?
 Yo creo que hay dos sentidos, uno más simple y general que es una forma de ajuste, y otro más complejo que permanece oculto. El artículo dos que le da el derecho al docente de ejercer durante cinco años más su labor después de los 65 años es una cláusula de estabilidad laboral que va hacia el núcleo del problema de inestabilidad que hay en la Universidad de Buenos Aires. Acá el 75 % de los docentes son interinos y ser interino supone que vos no sabes si a mitad o a principio de año te renuevan o no el contrato, estás merced de lo que decida la universidad. Entonces ese artículo que se debatió y se conquistó instaló una cláusula de estabilidad y la primera resolución que sacó que la UBA fue atacando ese artículo diciendo que ellos son una empleadora y que una ley no puede intervenir en la reglas de una empleadora.

Tratan de poner la supuesta “autonomía universitaria” por sobre la leyes laborales. 
O también se quieren justificar planteando que tiene que haber un traspaso generacional. Un argumento perverso que además es absurdo. En la Universidad de Buenos Aires hay más de 10 mil docentes ad honórem. Este dato sirve para poner las cosas en números y entender el absurdo de lo que plantea el rector que es Rubén Hallú.

¿Hay concursos en la UBA?
Ese es un tema complejo, porque el problema es que no se convoca a concursos y además hay todo un debate a nivel nacional que busca encontrar una alternativa a este elemento de selección de los docentes.
Pero bueno, al margen de este tema tan complejo, hoy hay un gran problema. En el CBC, por ejemplo, hay más de 2 mil docentes con más de 25 años de antigüedad como interinos. Ahí queda claro que el no llamado a concurso busca mantener una masa de docentes en una especia de régimen de terror, con la incertidumbre que esa situación laboral genera. Es decir, debería haber concursos, pero no se los convoca por un objetivo claro.

Teniendo en cuenta todas estas políticas y conflictos ¿cuál sería el proyecto de universidad que se propone hoy?
Acá no hay proyecto de universidad. Acá lo que hay es ¿Cómo llamarlo? ¿Una casta tal vez? ¿Un mandarinato mediocre? Hoy tenemos una brecha salarial enorme entre los 30 o 40 mil pesos que puede ganar un decano o rector, una falta absoluta de democracia en todos los órganos de gobierno de la universidad y una falta de representación de estudiantes y profesores. Y esa falta de democracia en todos los ámbitos de la UBA es algo que tiene que ver con el proyecto o la ausencia del mismo.

Para conocer el Consejo Superior hay que hacer visitas guiadas y los hombres que trabajan ahí no tienen curriculum vitae, tienen curriculum burocrático, por eso decimos que es una casta, son siempre los mismos que van rotando y la representación del claustro docente y estudiantil no existe.

¿Cómo fueron los debates ahí sobre las cesantías?
 Mira, la última vez que fuimos los únicos que debatieron, y en esto tengo que hacer una salvedad más allá de cualquier diferencia, fueron los consejeros estudiantiles, todos a favor de nuestro reclamo contra las cesantías. Todos los demás que votaron en contra no hubo uno que argumentara su voto. Solo votaron en contra, no debatieron, no justificaron su decisión, nada.

¿Cuál es su lectura del acompañamiento del claustro estudiantil a la lucha docente?
 Yo creo que es esencial. Es muy importante que docentes y estudiantes se acompañen para conquistar sus objetivos. A pesar de cualquier diferencia es clave reconocer un objetivo común que es la mejora de la universidad en todos sus ámbitos.

¿Qué se le dice al alumnado que no apoya el reclamo?
A pesar de que no se puede juzgar a los alumnos que piensan diferente y que tienen otros objetivos personales por encima de las luchas universitarias, yo creo que hay que hablar y discutir con todos aunque más no sea para intercambiar ideas, hacerlos reflexionar. Yo siempre propongo hablar del tema y los confronto si es necesario, pero en el buen sentido, debatir con el estudiantado es muy importante.