martes, 29 de noviembre de 2011

Dime con quién andas y te diré a quién le pautas

Por Juan Da Rocha y Carolina Ponce (Comisión 34)

La pauta o publicidad oficial es el mecanismo que posee el Estado para comunicar al pueblo sus acciones de gobierno, a través de la compra de espacios en medios de comunicación masiva. También se utiliza para campañas específicas que trasladan información que es necesario que todos los ciudadanos conozcan, sobre temas relacionados con salud, derechos y obligaciones cívicas e impositivas, prevención de accidentes, etc. Glenn Postolski, director de la Carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires y especialista en políticas y planificación de medios masivos y derecho a la comunicación, aclara el asunto: “Una de las obligaciones del estado es hacer conocer sus acciones; la pauta no aparece sólo como una condición discrecional propagandística sino que es obligación de estado dar a conocer por la publicidad a la ciudadanía sus acciones de gobierno.”

En los últimos años, a partir del distanciamiento entre el Gobierno y un sector del empresariado de medios, comenzó a discutirse acerca de la forma en que esta pauta se distribuye entre las diferentes empresas periodísticas. Es que, al no existir ningún tipo de regulación sobre su reparto, la pauta o publicidad oficial se transformó en un cheque en blanco que los sucesivos gobiernos les extendieron una y otra vez a sus empresarios de medios de confianza. Cuenta Postolski: Históricamente la pauta oficial fue un mecanismo de vinculación, yo no diría solo amiguismo sino de las formas de relación, articulación entre un sector del gobierno, aquel sector que está vinculado con la política de medios, es en estos términos donde se construyen lazos, vínculos entre los intereses del poder ejecutivo y ciertos periodistas.”

A pesar de su discurso antimonopólico y partidario de la “pluralidad de voces”, los gobiernos del Frente para La Victoria aparentemente no son ajenos a estos mecanismos. Un caso polémico fue la fuerte denuncia del grupo editorial Perfil, comandado por el periodista y empresario Jorge Fontevecchia, que acusaba al Gobierno de discriminar a sus medios en el reparto de la pauta. Fontevecchia relata el conflicto: “En el año 2006 recurrimos un recurso de amparo debido a que el gobierno nacional discriminó a la editorial Perfil en la distribución de la pauta oficial. El diario perfil fue marginado de la pauta oficial por años. La Pauta es la herramienta con la que los gobiernos intentan disciplinar al periodismo”.

En marzo de este año, la Corte Suprema de la Nación le dio la razón a Perfil y ordenó al Gobierno publicar en medios de la editorial. Una trabajadora de la revista Noticias de nombre reservado, cuenta cómo fue la reacción oficial ante el fallo: “La primera respuesta fue la de enviar un anuncio para que el diario lo publicara. Este anuncio decía que el gobierno combatía el trabajo esclavo y que nuestra editorial distinguía a empresas que eran denunciadas por la AFIP por trata de personas y esclavitud laboral, cerrando con que el trabajo esclavo es una responsabilidad de todos. Esto hacía alusión a la entrega de un premio a la firma Dupont por parte de la revista Fortuna.” Fontevecchia agrega: “Además en el mismo día que se hizo público el fallo, la jefatura de gabinete subió a su página de internet los datos que adeudaba del año 2010 sobre el reparto de la publicidad oficial”. Quisimos conocer la versión oficial del asunto, pero ni el Secretario de Comunicación Pública de la Nación, Juan Manuel Abal Medina, ni el Jefe de Gabinete de la Nación, Aníbal Fernández, respondieron a nuestras consultas. Este último, además, nos bloqueó en su cuenta de twitter. Parece ser que no están dispuestos a hablar del tema.

Los datos sobre la distribución de la pauta son recopilados por la ONG Poder Ciudadano, y pasan a conformar una base de datos que se encuentra disponible online de forma libre y gratuita. Allí fuimos a buscar información que nos muestre si efectivamente el manejo de los fondos para publicidad es discrecional, aún en tiempos del gobierno de la “pluralidad de voces”. El primer dato llamativo muestra la fuerte apuesta del FPV a la comunicación de masas: desde el 2000 al 2010, el monto de pauta para TV, por ejemplo, se incrementó 75 veces (de 2 a 150 millones de pesos) ¿Quiénes fueron los mayores beneficiarios?

Durante el kirchnerismo encontramos varios medios en los que creció considerablemente la pauta oficial, hasta que tuvieron un abrupto descenso. ¿Por qué? Por el enfrentamiento del gobierno con algunos medios. El diario Clarín, por ejemplo, con el gobierno de Néstor Kirchner pasó de tener un 17% del total de la pauta administrada por Duhalde en medios gráficos, a alcanzar un 26% en 2005. Pero a partir de 2007 comenzó a decaer, hasta llegar a un irrisorio 4% en 2010. Suerte similar corrió Artear, que de un pico de 25% terminó, en 2010, en un 7%. El canal América, del Grupo Uno de Vila y Manzano, también supo ser amigo del actual gobierno. Con la llegada de Néstor al poder, triplicó los ingresos por pauta que supo disfrutar con el duhaldismo, con un pico del 29% de lo invertido en televisión durante 2004. En 2010 cayó a niveles inferiores a la época del ex presidente Duhalde. El diario La Nación, por su parte, obtuvo durante los primeros dos años del kirchnerismo el 15% de la pauta distribuida en medios gráficos. En 2010, coincidentemente con el repunte de medios oficialistas como Página/12 o Tiempo Argentino, el diario de la familia Saguier tuvo que conformarse con un 4%. Canal 9 y Telefé son los canales de televisión que más crecieron durante el kirchnerismo. Curioso es el caso de Telefé que fue de los canales con mayor participación durante el Duhaldismo, alcanzando picos del 21% del total de la pauta para televisión. Con el kirchnerismo bajó a la mitad hasta que, conflicto con el campo y Clarín mediante, se recuperó asombrosamente en 2009 alcanzando su récord de 27%. Por su parte canal 9 pasó de tener participaciones ínfimas con el duhaldismo a un 22% en 2004, alcanzando su pico de 23% en 2010. El caso de canal 9 es interesante, debido a que cuenta con varios programas de la productora PPT, la misma que realiza 6,7,8. Una trabajadora del canal que pidió no ser mencionada, cuenta sobra el caso: “La pauta destinada a tandas publicitarias se distribuye equitativamente a lo largo de la grilla. Pero además, los programas de la productora PPT, que en el canal son ‘Duro de domar’ y ‘TVR’ tienen Publicidad no Tradicional de ANSES, cuya inversión mensual ronda los dos millones de pesos. Obviamente, PPT cobra sobre esa inversión. ” Pero éste no fue el único medio del empresario otrora menemista, hoy kirchnerista, Daniel Hadad, que fue beneficiado por el reparto de la pauta oficial. Radio Diez, por ejemplo, pasó de un exiguo 3% durante De la Rúa a un nada despreciable 12% en 2010. Página/12 en épocas de De la Rúa y Duhalde recibía alrededor del 6% del total de la pauta distribuida entre los medios gráficos, situándose al nivel de Ámbito Financiero, recibiendo la mitad que recibía La Nación y apenas un cuarto de la que se destinaba a Clarín. Tan sólo en el primer semestre de 2010 recibió $18.425.295, mientras que Clarín, de mayor tirada, cobró $ 5.142.106. El primer año de Néstor Kirchner ya pegó un estirón: 10%. En la actualidad concentra el 19%, transformándose en el periódico que recibe más pauta oficial.

Otro dato llamativo lo brinda el periodo comprendido entre septiembre y octubre de 2009. En dicho periodo, se muestran importantes modificaciones en la asignación de la pauta. En septiembre de 2009, Clarín bajó de 3 millones a 700mil. Si bien tuvo un leve repunte en noviembre, nunca volvió a su nivel habitual. Por su parte, La Nación pasó de tener en agosto un ingreso de 1.7 millones a 300 mil, aunque volvió a sus niveles habituales a partir de noviembre. Página 12, que venía con un promedio de más de tres millones de pesos mensuales, pasó a tener en septiembre poco más de 1 millón. En octubre volvió a recibir el monto acostumbrado, y en los meses sucesivos no cesó de ascender en la distribución. Hoy es el diario que más pauta recibe, aunque curiosamente es el único de los grandes periódicos que no audita su tirada a través del Instituto Verificador de Circulaciones (IVC). El Argentino, del empresario Sergio Szpolski, que apareció en octubre con la suma de 1.3 millones (más que Clarín y La Nación), se estabilizó luego en casi dos millones de pesos mensuales, casi el doble que su principal competidor; La Razón, del Grupo Clarín. Todas estas modificaciones se produjeron en un lapso de dos meses. ¿Qué estaba ocurriendo por esos días? El congreso estaba debatiendo la sanción de la nueva ley de medios.

Pero entonces, ¿cómo debería distribuirse la pauta? Postolski da su opinión: “La lógica inmediata es; si el estado tiene que dar a conocer su información, la manera de la asignación tiene que estar en relación con los medios de mayores niveles de audiencia, mayor venta de ejemplares serán aquellos destinatarios donde el gobierno debe de manera automática distribuir su pauta. Nosotros, en cambio, creemos que la pauta oficial debe ser una herramienta para garantizar niveles de pluralidad, umbrales de condicionamientos para que funcione un conjunto de medios”. En este sentido, se hace necesaria una regulación ante su distribución. Postolski explica su visión del manejo actual de la pauta: “Hoy la pauta oficial sigue siendo discrecional en términos de su decisión y apunta a ser más redistributiva en su lógica de aplicación, porque aparece como sustento de un sistema de medios que se contrapone a los ganadores de cada mercado. Si bien esto está bien, debería estar legislado, y tiene que pasar a otro tipo de estadio, inclusive más transparente, más público. Y que quede claro que hay una política de estado orientada a ello, que no es la pauta oficial la que tiene que hacer sobrevivir a Szpolsky en su disputa con clarín, pero sí es obligación de la pauta oficial anunciar en un conjunto de medios que democratice la circulación de la información”. Analizando los números, queda realmente claro que los fondos de la pauta oficial se utilizan para emparejar la pelea entre el Grupo Clarín, y el conjunto de medios oficialistas, conformado por el Grupo Szpolsky y el diario Página/12.

Recuadro 1
El caso del diario Crítica

Es jueves 1° de julio de 2010, y los trabajadores del diario Crítica, en lucha para salvar el Medio luego del vaciamiento realizado por su patrón, el empresario Antonio Mata, marchan hacia Plaza de Mayo reclamando al Gobierno una solución ante la inminente pérdida de sus trabajos y los meses de sueldos atrasados. En la columna acompañan comisiones internas de otros medios periodísticos, partidos de izquierda y agrupaciones estudiantiles. Una bandera dice: "Salvemos al diario Crítica". Cantan: "El diario no se cierra, el diario no se cierra!". De repente, se hace un silencio y un trabajador grita: "Aníbal!". Sus compañeros completan cantando: "Pagá la pauta la p... que lo p...". Es que hace meses que los trabajadores están en lucha por cobrar sus salarios adeudados, pero el tiempo se les acaba. Saben que los gobiernos nacional, provincial y de la cuidad deben al diario importantes sumas en concepto de pago por espacios destinados a publicidad oficial, dinero que daría fuerza a un movimiento al que la necesidad acecha.

Allí van, a la Plaza de Mayo a reclamarle al gobierno que siempre dice que está del lado de los trabajadores. Pero la respuesta parece no llegar. Cuenta la delegada Martina Noailles: "hoy nos llegó una noticia bastante mala. Había un proyecto que se estaba por tratar en la Cámara de Diputados de la Provincia. Un diputado de la coalición cívica presentó un proyecto para que el gobierno de Daniel Scioli pague la pauta que debe así nosotros podemos cobrar parte de nuestros salarios. El gobierno nacional sólo pagó 215.000 pesos cuando en la quiebra se está hablando de un millón de pesos. En la cámara de diputados, el oficialismo no quiso tratar el proyecto sobre tablas, cuando la legislatura porteña sí lo hizo en su momento. Evidentemente el gobierno de Scioli no quiere ni siquiera asegurar o prometer que va a pagar la deuda que tiene con nosotros".

Los trabajadores de Crítica no son opositores al Gobierno, si no que confían en sus promesas de igualdad y redistribución, pero esta vez se sienten defraudados. Así lo cuenta Alejandro Bercovich: “Lo que reclamamos entonces es el pago de estas deudas para que vayan al pronto pago de los salarios que nos quedó debiendo el vaciador de Antonio Mata, pero también que se haga cargo Aníbal Fernández de la promesa que nos hizo hace un mes en su despacho de que iba a hacer todo lo que estuviera a su alcance para garantizar los puestos de trabajo. Según lo que hizo hasta ahora, pareciera ser que el Jefe de gabinete tiene poco alcance, por eso le pedimos que busque una solución, porque la situación de Crítica no es ajena a las discusiones que se vienen dando en el país, como Papel prensa, la Ley de Medios, ni a todo el discurso en general, que es bueno y lo apoyamos en su intención, pero que no vemos que se esté plasmando en la realidad, por lo menos en nuestro caso".

Esta vez el Gobierno tiene la oportunidad de utilizar discrecionalmente la pauta oficial para garantizar puestos de trabajo, pero no la va a aprovechar. Meses después, el diario Crítica cerrará sus puertas definitivamente y muchos de sus trabajadores quedarán en la calle.


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