jueves, 4 de junio de 2009

La obra "Desnudos" se presentó en la facultad de Sociales de la UBA

Por Maximiliano Heath (Comisión 8)
En la fría y lluviosa noche del miércoles, por un momento se dejó de hablar de comunicación y política en el auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA y tres misteriosos hombres con barrigas generosas, velas en mano, salieron a increpar a un curioso y expectante público: “ustedes no saben nada”, “yo no se nada”, “nosotros no sabemos nada”. Existencialmente motivados, los arengadores continuaron con su asedio filosófico y luego, para la sorpresa de Marx, Foucalt, y todos los demás espíritus que suelen habitar la humilde sala de exposiciones, una exquisita chica salió en escena con el torso completamente desnudo, se paró, estoica, frente a los espectadores congelados y comenzó a ensayar una serie de poses dignas de una deidad hindú.
Hacía una semana que los pasillos de la sede universitaria ubicada a metros de Parque Centenario, sobre la calle Ramos Mejía, habían sido empapelados con afiches que anunciaban la presentación de la obra de Luís Oliveto “Desnudos”. La consigna “teatro en el auditorio de Ramos” se repetía en todas las paredes del edificio, más acostumbradas a las campañas y chicanas de las distintas agrupaciones políticas estudiantiles que pueblan la institución. Sin embargo, en el momento de los hechos, quizás sorprendidos por el inusual evento, el número de espectadores no llegó a superar las tres decenas.
“Esto es algo que venimos planteando hace tiempo, tener más experiencias culturales en la facultad”, dijo Pablo Diz, militante de El Andamio, la agrupación estudiantil que organizó la actividad. “La idea a futuro es traer otras cosas, traer más obras. Las causas artísticas también son canales políticos”, agregó Diz cuando se le preguntó sobre el futuro del matrimonio entre El Andamio y las tablas.
“Esto no es una obra de teatro, es una performance, porque tenemos teatro, danza y poemas”, diría el director y guionista Oliveti, una vez terminado el espectáculo, que, durante aproximadamente cincuenta minutos, efectivamente incluyó coreografías flamencas y bailes salidos de Broadway, versos de Oliverio Girondo y de César Vallejos, y monólogos y piezas que trataban sobre las relaciones humanas, el sexo y el amor. En su novena función desde el estreno de la obra en diciembre del 2008, el elenco de 10 hombres y mujeres de variada edad que conforman el grupo de teatro de la Asociación Bancaria tampoco se mostró ajeno a la sensación de extrañez que puede generar la presentación de una obra en un espacio alejado del circuito de las artes. “Para nosotros es una buena experiencia porque la gente es distinta. Se notó más atención que en lugares que quizás están llenos”, dijo Fabiana Abadie, actriz de 28 años, que agregó que habitualmente el elenco representa la obra desnudos y desnudas pero que, a diferencia de las veces que se presentaron en el auditorio de la Asociación Bancaria, algunos se sintieron inhibidos y el grupo decidió que solo la modelo, Julieta Martí Izquierdo, aparezca mitad en cuero, desafiando la gélida noche otoñal. “Cuesta a veces”, deslizó Fabiana, casi excusándose.
Cuando se le preguntó a Oliveti por qué la “performance” se llama “Desnudos”, este respondió prácticamente repitiendo el eslogan que acompañaba a los afiches que promocionaban el espectáculo, “porque estamos desnudos cuando nacemos, cuando hacemos el amor, cuando nos sentimos mal queridos, cuando estamos frente a la muerte”.
Una vez finalizada la obra, y tras una enérgica serie de aplausos, los anónimos actores y actrices se cambiaron rápidamente y al poco tiempo se los podía ver mirando con desgracia a la llovizna a la que tendrían que enfrentarse para volver a sus casas. “Estamos viendo de hacer algo en agosto”, adelantó Oliveti, que, junto al resto de la compañía, miraba con cara de pocos amigos al mal tiempo que colgaba sobre a la ciudad. Eventualmente todos terminaron juntando el valor suficiente y se lanzaron a la calle, esquivando charcos, perdiéndose en la oscuridad.

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