lunes, 27 de octubre de 2008

Sobre el trabajo final de investigación

Les recuerdo parámetros para nota de investigación final.
Tratándose de grupos de dos o tres personas, la nota debe ser de 10.800 caracteres. Si el grupo es de cuatro integrantes, la nota debe ser de 13.200 caracteres. Si incluyen algún recuadro, no puede superar los 3.000 caracteres.
Les recuerdo también que en la fotocopiadora del Centro de Estudiantes está la ficha sobre periodismo de investigación, sé que hubo algunos inconvenientes porque a varios compañeros les dijeron que no estaba, pero esta mañana agregaron una copia a la caja de Taller III, como para que cualquiera que vaya la encuentre.
Además les cuento que añadí algunos enlaces al blog, un par de medios digitales y una entrevista narrativo-descriptiva muy buena que se publicó el domingo 19 de octubre en La Nación Revista (la puse entre los "artículos destacados").
Saludos,
Guillermo.

“En algún momento se naturaliza la precariedad”

Diego de Charras, secretario de Gestión Institucional de la Facultad de Ciencias Sociales, admitió que existe un acostumbramiento a la actual situación edilicia, aunque aclaró que a veces se llega a “picos de hartazgo que son comprensibles”.
Por Emiliano Azubel (Comisión 3)
Piensa cada palabra que dice, trata de ser políticamente correcto y explica todas sus respuestas, sin olvidar ningún detalle. Diego de Charras (35 años) vivió semanas agitadas como secretario de Gestión Institucional de la Facultad de Ciencias Sociales. Desde que asumió el 6 de mayo de este año, las reuniones con estudiantes, docentes, técnicos y funcionarios son parte de su cotidianeidad. La toma de las tres sedes en las primeras dos semanas de septiembre, en reclamo de mejoras edilicias y mayor presupuesto, le dieron mayor impulso a la lucha por el edificio único, que se construye en Constitución, donde por ahora sólo se cursa una de las cinco carreras de la Facultad, Trabajo Social. “Le pusimos énfasis al nuevo edificio y en algún punto descuidamos las sedes en las que estamos enseñando y cursando”, admite De Charras, que también es docente de la carrera de Comunicación, mientras prende un cigarrillo detrás de otro durante la hora y media de entrevista.
¿Cuál es el balance luego del conflicto que se vivió en septiembre?
Hay momentos en los cuales se llega a picos de hartazgos que son comprensibles. Pero si bien es cierto que hace 20 años que estamos reclamando un edificio único y no lo tenemos, también es cierto que 12 años atrás la situación era muchísimo más grave. En ese momento la única sede era Marcelo T. de Alvear y la cantidad de alumnos duplicada la que hay hoy en esa sede. En el proceso hubo un segundo edificio, que es la sede de Ramos Mejía 841, que se pensó que podía ser una solución definitiva.
Igualmente cuando empezó ese proceso ya arrancó mal porque hubo un aula en el primer piso que al poco tiempo quedó inhabilitada porque se inundaba.
La situación era terminal en Marcelo T. y otros lugares implicaban mucho tiempo de espera, con lo cual se compró un edificio existente a reciclar, que fue la fábrica textil que estaba en la calle Ramos Mejía. Fue una solución de urgencia. En aquel momento nadie visualizó a Ramos con la mirada sobre la precariedad que hoy podemos tener. Nosotros veníamos de estar hacinados en la sede de Marcelo T. y la nueva sede le parecía a todo el mundo la panacea. Es cierto que eso no esta bien. En algún momento uno se acostumbra o naturaliza la precariedad.
Esa naturalización se vive hoy entre los estudiantes que cursan y que ven como normal la difícil situación edilicia.
Estoy de acuerdo, pero también podríamos hacer otras apreciaciones. La Universidad pública siempre priorizó el contenido de la educación y por restricciones presupuestarias, en un país donde la educación universitaria es de acceso libre y gratuito, por ende masivo, la plata nunca alcanza. Se trató de mantener la excelencia académica en desmedro de las condiciones edilicias, máxime en facultades como la nuestras, que son “nuevas” respecto de otras. También hay naturalizados aspectos que no tienen nada que ver con las condiciones edilicias. Que la circulación por los lugares estrechos esté obturada todo el tiempo por mesas, también es una situación que precariza la seguridad de todos. Está naturalizada cierta no apropiación de lo público, que debería ser cuidado, y es grave.
¿Cuál fue el motivo por el que se llegó a la toma de las tres sedes según su visión?
Seguramente hubo agrupaciones políticas de la Facultad que impulsaron este proceso de protesta y que es legítimo porque son actores políticos. En cualquier caso, la movilización a la que se llegó no tiene que ver, exclusivamente, con el accionar de las distintas agrupaciones políticas. Si hoy se vieron acompañados por un número muy importante de estudiantes no agrupados es porque evidentemente había cierta permeabilidad hacia ciertos planteos. Hubo un perfil en ele de un baño que se cayó, no era una viga. Lo que es preocupante es la permeabilidad sobre la cual ese disparador generó un proceso de movilización tan importante. A mi lo que me preocupa es que para una gran parte de la población de nuestra facultad era verosimil que se cayera una viga.
¿Pero la gestión tiene claro que las condiciones de cursada son peligrosas?
Hay dos cuestiones que son tan importantes una como la otra, que tienen que ver con el riesgo objetivo y con la sensación de riesgo. Esta última es tan atendible como el riesgo objetivo. Me parece que la Facultad muchas veces tiene situaciones de riesgo y hay otras que dan más sensación de riesgo que el riesgo objetivo. Estructuralmente no se puede derrumbar la Facultad y hay estudios que lo certifican. Creo que cometimos muchos errores y los vamos a seguir cometiendo porque somos docentes que estamos gestionando una Facultad.
¿Por qué se hicieron promesas que no se pudieron cumplir, como por ejemplo los plazos para que las carreras empiecen a cursar en Santiago del Estero?
Uno de los errores que cometimos es que pusimos mucho énfasis y preocupación en el edifico nuevo. Además, pusimos el ojo en cuestiones que tienen que ver con el desarrollo académico porque somos conscientes que manejamos un presupuesto más que escaso y hay muchas cosas que no las podemos llevar adelante. Sobre las promesas yo estoy completamente seguro que fueron hechas de buena fe.
¿Por qué se tardó tanto en llegar a la licitación? ¿Y por qué justo se concretó luego de dos semanas de toma y movilización estudiantil y docente?
El 24 de abril de 2008 se firma el convenio por la obra de Sociales por 23 millones de pesos. Luego de tener que realizar una actualización de costos, que dejó la obra en más de 28 millones, la Universidad nos dice el 8 de agosto que los pliegos ya están en el Ministerio, con lo cual adoptamos una actitud expectante. El 2 de septiembre el Decano Schuster le comunica al Consejo Directivo de la facultad que el 15 de septiembre se publica el segundo pliego y luego vienen las tomas. ¿Tuvo que ver esto en la publicación? La respuesta la dejo en tus manos. Es legítimo el proceso que se dio en este conflicto, pero la información se dio abiertamente.
¿Es decir que ustedes no están en contra de la toma como medida de fuerza?
Creemos que los motivos por los cuales se llevó adelante el conflicto son absolutamente legítimos. En general la toma es una medida con un fuerte contenido simbólico y que es el final de un proceso. Como principio de un proceso y por un tiempo extendido, la toma genera muchísimos problemas. En ese sentido no podemos avalar la toma como medida de protesta, aunque la podemos entender. En la del primer cuatrimestre fuimos más refractarios porque nos parecía inoportuna. La consigna “Edificio Único ya” era vacía porque tenemos por delante por lo menos un año y medio de obra para que se construya la segunda etapa del edificio, con lo cual no tiene mucha racionalidad la lógica de tomar las sedes hasta que esté el edificio. De todas maneras creo que algo aprendimos respecto al impacto que había tenido el comunicado respecto de la toma en el primer cuatrimestre y evaluamos en el segundo proceso de toma que quizás no ayudaba porque efectivamente teníamos una situación edilicia muy precaria.
Finalmente se convoca a la Comisión Multisectorial. ¿Qué importancia y qué alcance tiene?
La Universidad es una institución democrática y el organismo resolutivo de la Facultad es el Consejo Directivo. La Comisión funciona de manera abierta y el miércoles 24 tuvo su primera reunión. Invitamos a la participación a los estudiantes, a los docentes, a los no docentes y a las autoridades de diversa índole a que se acerquen el miércoles 8 de octubre. La idea es que de allí puedan salir propuestas hacia el Consejo.
¿Cómo ve el presente y el futuro del proceso por el nuevo edificio?
Si hay muchos actores con voluntad de diálogo podemos llegar a resultados importantes. De parte nuestra tratamos siempre de abrir espacios de debate. No somos una banda de paracaidistas que desembarcamos en la facultad. No hay ningún tipo de perversidad o negligencia premeditada de parte de las autoridades. En las críticas a Schuster como responsable de la situación edilicia hay también otros intereses en juego. Ahora hay elecciones no docentes, en un mes las estudiantiles y cada actor juega a su manera. El escenario político es aún más complejo. En diciembre del año que viene Schuster vuelve a ser titular de cátedra en Ciencia Política ya que no puede ir por otro mandato. En este escenario también se está jugando con las elecciones del próximo año, para ver quien será el nuevo Decano.