lunes, 28 de abril de 2008

Una movilización silenciosa, un pedido postergado (Cobertura del paro y movilización del 31 de marzo)

Por JuanMartín Bregazzi / Comisión 10
El lunes pasado, mientras que la atención de los principales medios se centraba en las novedades acerca del lockout patronal y en las repercusiones por los discursos de la presidenta, la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires se veía envuelta en el desarrollo de un paro docente convocado por la Conadu Histórica. Sumado a los reclamos salariales que son protagonistas en ese tipo de manifestaciones, se agregó el pedido de los estudiantes por las malas condiciones en las que deben cursar.
Ya hace unas semanas se había hecho pública la posición del decano de Sociales, Federico Schuster, quien, en el contexto de una problemática generalizada en la UBA, manifestó su preocupación por la demora en la concreción de la obra del edificio único, el cual serviría como sede única para todas las carreras que forman parte de la facultad de Sociales. Lo paradójico de tal situación es que desde que se iniciaron las obras hace más de cuatro años, el pedido central sigue siendo el mismo: la necesidad de obtener un lugar adecuado para el desarrollo de las tareas académicas de la facultad, marco proclive para un desarrollo interdisciplinario entre las diferentes carreras. Este vínculo hoy está obstaculizado por la presencia de de tres sedes diferentes, todas ellas en condiciones edilicias inapropiadas: la sede de Parque Centenario, la de Marcelo T. de Alvear y la nueva de Constitución -que pasó de querer ser la única, para ser una más-.
El día del paro, sin embargo, en la sede de Parque Centenario de Sociales, muchos estudiantes no estaban enterados siquiera de la causa de la ausencia de algunos de los profesores. Algunos, al tomar conocimiento de las novedades, reaccionaban enojados por lo que creían que correspondía a una falta de lógica; argumentaron que parecía una “locura” organizar un paro en una semana en la que el foco de la información que se difundía por los medios estaba centrado en otro tema. Sin embargo la marcha llevada a cabo por la Federación Universitaria de Buenos Aires, realizada a las siete de la tarde del mismo lunes, obtuvo una adhesión importante en cuanto a los estudiantes que allí se hicieron presentes. Ellos, más un grupo de docentes que acompañaron la causa, se acercaron hasta el Ministerio de Educación y luego al Rectorado de la UBA. Además de efectuar el reclamo planeado, se decidió realizar una asamblea estudiantil el jueves tres de Abril, en la sede de Parque Centenario. Lo que motivó originalmente el desarrollo de la asamblea fue la necesidad de delinear los pasos a seguir para lograr avances con respecto a los problemas de infraestructura. Esto trae a colación las palabras de Martín Bustamante, copresidente de la FUBA, quien -consultado por este tema por el diario Página 12 el día 25 de Mayo del 2007- declaró que “hay que movilizarse, porque la política del Gobierno consiste en el chantaje. Primero ahoga presupuestariamente a la universidad para después forzarla a negociar más fondos.”
Fue el 3 de Abril, el día de la asamblea, cuando los reclamos iniciados tanto por las autoridades del Consejo como por los mismos estudiantes, fueron dejados de lado debido a una discusión que tomó un camino diferente. En vez de centrarse la asamblea en las temáticas programadas para ella con anticipación, los diversos representantes de los partidos políticos allí presentes utilizaron su tiempo para difundir sus posiciones con respecto al tema del campo. Esto hizo que también dentro del marco específico de la Facultad de Ciencias Sociales el tema primordial de la semana dejara de ser la problemática del postergado edificio único, para pasar a ser una cuestión ideológica ante el enfrentamiento entre el gobierno nacional y los sectores agropecuarios que consumaron un desabastecimiento alimenticio como método de protesta. Cerca de la finalización de la asamblea se volvió a discutir, aunque brevemente, cómo seguir con el reclamo por el edificio único. Se definió un marco de lucha que consistirá en difundir la lentitud y el detenimiento de las obras, y se propuso adherir a los próximos paros que la Conadu Histórica realizará en las próximas semanas. Queda pendiente saber cómo continuará el conflicto, si es que no surge otra temática que empañe los diversos esfuerzos que intentan lograr algún avance en la cuestión.

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