domingo, 30 de noviembre de 2008

“Como artistas debemos ser populares, eso no quita que hagas algo bueno”

Rodrigo de la Serna charla sobre su carrera, sus trabajos recientes y la actualidad social. Su sueño de filmar con Leonardo Favio y sus buenas incursiones en la TV, a la que igual considera “un desastre”.

Por Mariela Genovesi (Comisión 3)

Rodrigo de la Serna siempre se ha destacado por hacer personajes con reminiscencias sociales. Muchos de ellos lo consagraron como actor. Dentro de este marco, se descubre cómo el talento, el esfuerzo y el compromiso son cualidades que no están separadas del arte y ante las cuales se puede tener más de una postura. Desprovisto de deidades y frases hechas, es autocrítico, sincero y se siente “uno más” frente a diversas coyunturas políticas. Inquieto por naturaleza, ha explorado nuevos caminos a través de la música, la conducción y la producción.

¿Cómo va con la filmación de Ringo, la película sobre Ringo Bonavena?
Empezamos en diciembre. Estoy bajo entrenamiento y dieta desde enero, haciendo dos horas de aparatos y dos de boxeo por día. Tuve que disminuir toda la grasa que tenía en el cuerpo que eran como 5, 6 kilos. Cuando empecé estaba pesando 75 kilos, ahora estoy en 82, pero todo en masa muscular (risas) y todavía tengo que aumentar más.

Y quedó muy presente en el imaginario popular además, por el mito que generó el tipo de muerte que tuvo.
Sí, y además por haber peleado con Cassius Clay, el boxeador más grande de la historia, y haberlo puesto en problemas durante la pelea que terminó perdiendo pero igual, toda una proeza deportiva, a pesar de ser un tipo muy limitado que venía de un país muy limitado también en cuestiones deportivas.

Has filmado a nivel cinematográfico con muchos directores, Walter Salles, Adrián Caetano, Carlos Sorín, Alberto Lecchi, ¿con cuál de ellos se sintió más identificado?
Trato de identificarme mucho con todos los directores con los que trabajo, si no puedo hacerlo, hay problemas. Trato de identificarme con algunos aspectos de su estética, forma, contenido y comprometerme con eso. Siempre intento colaborar en lo que pueda a su búsqueda personal y a su manera de encarar cada proyecto. Por supuesto que uno tiene sus ideas propias y a veces chocan.

¿Con quién tuvo diferencias?
Con todos, por supuesto, diferencias de criterios, de formas de encarar el laburo, de estética, ideológicos. Damián Szifrón es un tipo muy obsesivo del detalle, la coma, el punto; de lo milimétrico. Eso es duro para alguien como yo, que soy más inquieto, que quiere siempre cosas distintas. Hacer tres veces los mismo, exactamente la misma escena, me aburre. Pero él necesita eso y hay que respetarlo.

Muchas veces trasladar eventos sociales e históricos determinados genera cierta contradicción entre la ficción y la realidad social que se quiere reconstruir, como actor frente a esos proyectos ¿se exige y se involucra más?
Okupas fue muy interesante en ese sentido, porque fue un programa que salió justo después del menemismo y se animó a mostrar la marginalidad que se había gestado y crecido durante esa década; realidad no oficial, que no se quería ver y que la televisión no había difundido. A partir de Okupas, eso saltó por primera vez. Y, como todo, después vinieron un montón de programas así, pero sin un trasfondo artístico, vieron que eso rendía, que era negocio y bueno, “contemos lo mismo pero sobre los presos, las prostitutas, los submundos de la marginalidad”.

Sol Negro fue parte de ese movimiento…
Sí, totalmente, se buscó el lado marginal de la locura. Ese proyecto también fue interesante, sobre todo por el elenco; trabajar con todos esos monstruos: Urdapilleta, Capusotto, Peña, Belloso, significó mucho. La idea era muy buena pero después se telenovelizó un poco. Había una búsqueda artística desde el lado de los actores; pero Okupas fue más auténtico, me gustó más.

¿Y el compromiso en Diarios de motocicleta?
Fue más hacia el lado de un ideal de fraternidad latinoamericana, un sentimiento muy fuerte que tengo, y eso no lo tuve que construir. Tampoco tuve que construir mi compromiso en Crónica de una fuga porque también era una realidad que sentía cercana a mí, yo nací en el 76.

¿Con quién le gustaría trabajar?
Sería un sueño increíble filmar con Leonardo Favio. Un genio cinematográfico, sin duda, el cineasta más grande que dio el país y Latinoamérica inclusive.

Usted tenía un programa de música en Encuentro, Tocá Madera, ¿cómo llegó a eso?
Por una idea de mi amigo Juan Díaz, coconductor del programa y músico con el cual formamos una banda, Yotivenco. Él es un tipo que sabe mucho sobre música y conoce ciertas movidas que se vienen gestando y yo le decía que tenía que capitalizar todo ese conocimiento tan valioso. Surgió la idea de hacer un programa de TV y hablamos con Tristán Bauer, el director del canal Encuentro, que nos ofreció todo, “hagan lo que quieran chicos, empezamos a trabajar ya”.

¿Le gustó como experiencia?
Me encantó. Aprendí muchísimo, desde cómo hacer trabajo de campo, que yo nunca había hecho, a conocer toda esta movida nueva de la juventud que no sabía que era tan vasta. Lo tengo como un tesoro pequeño que conseguimos con mi amigo.

Aunque últimamente no le atrae mucho la idea de participar en TV o al menos en TV de aire...
No veo TV. La TV toda me parece un desastre y opinar sobre la ética de los programadores, me da igual, podría hablar, pero si no hay nada en TV, “no la vean señores, vayan a hacer otras cosas”. Algunas veces surgen cosas interesantes, Tocá Madera lo era, pero claro, no estaba en TV abierta.

¿Cómo ha vivido a lo largo de su carrera la dialéctica popularidad/sofisticación?
La sofisticación por la sofisticación misma no funciona. Creo, como artista, que debemos ser populares, pero eso no quita que hagas algo bueno. La orquesta de Osvaldo Pugliese fue la más popular que hubo en la Argentina y era excelente.

¿Forma parte activa en el sindicato de actores?
Con la entidad de actores tuve algunos problemas. Por ejemplo, cuando nació mi hija no me dieron obstetra, ni clínica ni nada, y me sirvió mucho para darme cuenta de que en realidad las instituciones a mí no me sirven. Por más que me hayan ayudado en otras cosas, me las rebusqué solo y me fue muy bien. Uno lamentablemente tiene que hacer aportes muy grandes, sé que toda esa plata generalmente va a parar al bolsillo ajeno, que hay mucha corrupción y… “bueno, tomen”, qué vas a hacer. Sé que está mal, que uno tendría que reclamar, pero no espero nada, espero que la gente haga algo por sus propios medios, yo trato de hacer eso.

¿Cómo vivió el conflicto entre el “Gobierno” y el “Campo”?
Muy triste. Primero por una polarización absurda y segundo porque históricamente los sectores ligados al campo siempre fueron detrás del pueblo, de los progresos sociales. Nos costó mucho trabajo esa evolución y que muchos gritaran “¡Argentina, Argentina!” para que las rentas sojeras sean mayores, me desconcertó y afectó mucho. Por otro lado, también, el aprovechamiento político del gobierno, el uso de la imagen de las Abuelas de Plaza de Mayo; manipulaciones verbales y violentas de los dos lados que me generaron dolor. Siempre estuve más cerca de la postura del gobierno que de la del campo, pero tampoco estoy muy conforme con cómo se manejaron las cosas. Podríamos haber avanzado un poco más en la cuestión, la soja verdaderamente está destruyendo el suelo.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Donde duermen los sueños

Una recorrida por las pensiones de las distintas categorías del fútbol argentino. Los albergues de clubes alojan chicos que viven diferentes realidades, pero tienen un mismo objetivo: triunfar.

Por Sofía Iglesias, Liza Isaak, Fernando Sánchez (Comisión 10)

Susurran para que el encargado no los escuche. Algunos se quedan con hambre y les piden a la vieja que les mande milanesas; otros se dan sesiones en el sauna y en el jacuzzi. Fanáticos de las telenovelas de la tarde, bien podrían ser parte de una: han dormido en la calle por un sueño, vivir de la pelota: “Cuando los dirigentes nos preguntaron si teníamos un lugar para dormir, les mentimos. Dijimos que sí, pero estábamos a la deriva. Con mis amigos nos armamos una choza con dos chapas y una lona. Encima hacía un calor infernal y nos tapábamos con frazadas para zafar de los mosquitos. Después de dos semanas, mis amigos se volvieron para Formosa. Por suerte para mí, a los pocos días, el encargado del fútbol amateur se dio cuenta de lo que me pasaba y me llevó para la pensión”, cuenta Sebastián Ibars, delantero en la 6ª división de Almirante Brown.
“De la comida mejor ni hablar. Como no hay repetición, te quedás con hambre. Entonces mi vieja me mandó dos kilos de milanesas y voy tirando con eso. Y te digo más, hubo dos chicos, Germán y Santiago, que tuvieron gastroenteritis y terminaron uno en internación y otro bajó cuatro kilos por intoxicación con la comida”, se queja Emilio Solari, volante de la 6ª de Ferro. No es el único. Mariano Aguirre, defensor de la 4ª de Lanús, confiesa: “A veces les teníamos que pedir a nuestros viejos que nos manden plata para comer. Nos juntábamos entre un par de los pibes, íbamos al súper y comprábamos jamón, queso, pan y listo, ¡sanguchitos para todos! Por suerte el club repuntó y decidió invertir más en nosotros, bah, en ellos mismos, la comida es buena, tenemos un nutricionista... Pero antes de 2007 había, por mes, cinco o seis chicos con diarrea o cosas así”.
El relato continúa en la voz de Pablo Costa, arquero de la 5ª de Deportivo Morón: “Al principio ni siquiera teníamos gas y nos bañábamos con agua fría en pleno invierno. Encima, cuando llegamos en 2006, éramos seis chicos en un departamento de un ambiente. A nuestros padres les mentíamos y les decíamos que vivíamos bien. Ahora las cosas cambiaron un poco porque tenemos gas y sólo quedamos dos, así que estamos más cómodos”.
La vida en la pensión es dura para todos pero especialmente para los chicos de las provincias más alejadas, que pasan varios meses sin ver a sus familias: “Se extraña mucho. Cuando llegué, desconfiaba de todo y de todos… Encima la Capital es un monstruo de grande, tardás en acostumbrarte”, dice Marcos Gómez, arquero de la 7ª de Boca. Marta D`Avila, psicóloga de las inferiores de Independiente, agrega una anécdota: “En 2005, en la época de prueba de jugadores, había un chico nuevo de 13 años. Un día me lo encontré a la salida del entrenamiento y me abrazó con estremecimiento. Le pregunté por qué se había puesto así y me dijo que pensaba que yo era la madre, ya que hacía dos años que no la veía”.
Los chicos que extrañan necesitan contención y la obtienen de donde pueden. “Todos los martes nos visita el psicólogo de Primera, pero nadie del grupo lo usa, nos contenemos entre nosotros”, confiesa Fabio López, de la 6ª de Defensa y Justicia. En el caso de All Boys, el barrio funciona como núcleo: “El lugar es humilde, los jugadores están lejos de casa y extrañan. Pero el barrio, la gente, les da un lugar de pertenencia”, comenta Ricardo Asad, encargado de la pensión.
Los psicólogos son muchas veces resistidos. Pero algunas otras dejan su huella: “Entre mayo y junio vino un grupo a visitarnos. Fueron entrevistas grupales e individuales. Nos preguntaron qué era para nosotros el fracaso y si jugábamos para divertirnos. Una vez nos dieron una lista con palabras y teníamos que marcar los requisitos para triunfar. Eso estuvo bueno. Yo puse sacrificio, humildad, esfuerzo, trabajo. Ah, sí, y talento, ese también lo marqué”, recuerda Federico Lértora, lateral de la 5ª de Ferro.
Llegar a Primera es el objetivo. Ahí las cosas cambian. Se ingresa en el terreno de los lujos. Eso es lo que está viviendo Guillermo Pfund, volante de la 3ª de Vélez y actual figura en los partidos de reserva: “Lo mejor de las instalaciones es que puedo usar el jacuzzi y el sauna, todo está bueno en la Villa Olímpica. Aparte la comida siempre es buenísima, el terreno de juego y hasta las pelotas son mejores que las de las inferiores”. Pero no son todas rosas; también se oyen voces de protesta: “¿Por qué los jugadores de Primera tienen que estar más cómodos que nosotros, o en mejores habitaciones, si al fin y al cabo todos somos personas y merecemos el mismo trato y cuidado? Que no jodan loco, que no se suban al estrellato, que vivan como viven sus compañeros”, reclama Aguirre.
No es un mito. El rito de iniciación existe en las pensiones del fútbol argentino y varía según el club. Mauro Napolitano, jugador de River ya retirado, lo recuerda muy bien: “Me pelaron y me sacaron toda la ropa. Tuve que pasearme desnudo por el club hasta que llegué a la habitación. ¡Un papelón! Pero después me pude vengar. Estar del otro lado es divertido”. En Quilmes ocurre algo parecido: “Como bienvenida, suelen robarle los bolsos a los recién llegados. Se los sacan por algunos días, hasta que se quedan sin ropa y después se los devuelven”, cuenta Martín Torres, de la 8ª división.
En su tiempo libre, los chicos de River juegan a la play station o usan la computadora, tienen ocho a su disposición. Los de Ferro miran las novelas: “A las 14, Don Juan y su bella dama y a las 18, Casi ángeles. Estamos todos re enganchados”, afirma Lértora. Hay algunos que aprovechan para hacer alguna changuita: “De nueve a once de la noche trabajo en la canchita de fútbol que está debajo de la pensión. No me pagan mucho, cinco o diez pesos por cada alquiler, pero todo suma”, cuenta Milton Martínez, de la 5ª de Almirante Brown. Además, van a la escuela. El colegio es un baluarte importante para la mayoría de los clubes. En algunos, incluso, la asistencia es requisito indispensable para alojarse. Marcos González, encargado de la pensión y entrenador de la 5ª división de Independiente, comenta: “El estudio es obligatorio, pero si creo que entre estos chicos hay un Tevez o un Agüero, hago lo imposible para que no estudie”. Ignacio Herrera, de la 9ª de Ferro, le responde: “Siempre soñé, y ojalá se me de, con ser ingeniero agrónomo”. Ojalá que no sea ni un Tévez ni un Agüero.
Los encargados acuerdan en un solo punto: los pibes son lo más importante: “Cuando estábamos en quiebra, lo único que funcionaba era la pensión. La jueza quería echar a los chicos, pero como eran del interior no los podía dejar en la calle. Además, ¿cómo íbamos a desprendernos del mejor patrimonio del club?”, se pregunta Miguel Hernández, encargado de la pensión de Social Español. Daniel Rui, encargado de la pensión y entrenador de arqueros de las inferiores de Ferro, dice que no cobra hace tres meses. “No veo un peso y sigo. No me puedo ir. No puedo dejar a estos chicos, porque son el futuro del club. La dirigencia tendría que darse cuenta”.

lunes, 3 de noviembre de 2008

El ritual de los tambores

El ritmo improvisado de la percusión en manos de los talentosos músicos de La Bomba de Tiempo brinda la atmósfera propicia para el estallido de una verdadera fiesta, en la que la exploración y la experimentación se viven cada lunes, en el Konex, tanto arriba como abajo del escenario.

Por Rosana Quiñoa (Comisión 3)
Cae la tarde en Buenos Aires y los colectivos repletos de pasajeros anuncian el último suspiro de la jornada del lunes. Desde la puerta de Ciudad Cultural Konex, en Almagro, una veintena de jóvenes escucha lejanamente el ritmo de tambores que proviene de adentro. Son las ocho de la noche. El guardia corta las entradas y los pasos de la gente achican la distancia, clarifican los sonidos. Sobre el escenario está La Bomba de Tiempo, la banda que se autodefine como "el trance del ritmo en estado puro". En pocos minutos, como todos los lunes, los recién llegados confirmarán la certeza de ese eslogan.
Trance: estado en que el alma se siente en unión mística con Dios.
Un lenguaje de señas manejado por un director es la única herramienta que los 17 percusionistas de La Bomba de Tiempo utilizan para coordinar los ritmos que improvisan en cada presentación.
Los músicos saben que la inspiración se revela sin mediaciones. Y lo saben tan bien, que descubrieron cómo comunicarla "en estado puro", en tiempo real, mucho antes de que se convierta en palabra. Para quien quiera verlo, durante dos horas lo demuestran, arriba de un escenario.
"Creé este sistema de casi 70 señas en base a un lenguaje de improvisación que había visto en “Butch” Morris, un músico de jazz estadounidense. Quise adaptar ese idioma a la música de percusión", cuenta Santiago Vázquez, fundador y líder de la banda. "Reuní a los percusionistas que yo admiraba, y en mayo de 2006 comenzamos a tocar. Uno de nosotros hace de director y maneja las señas. En cada encuentro tocamos ritmos nunca predefinidos ni tradicionales… Y el público toma el espacio para hacer lo que quiere".
Y es que, como un hijo con su padre, La Bomba de Tiempo es el fiel reflejo de su creador. En su vasta carrera artística, Vázquez incursionó en el folklore argentino, el jazz, la música académica del siglo XX, el tango, el pop y los ritmos típicos de India, Marruecos, Zimbabwe, Java, Brasil y Bulgaria. Cuando al talento se le suma la curiosidad irrefrenable y el trabajo en equipo, el resultado es explosivo.
Tal como lo hará todos los lunes a las 20, en el Konex, Vázquez da la bienvenida. El público –casi 400 personas- aplaude. Suena el primer tambor y todos comienzan a moverse. "Todos" son: los rastafaris y los floggers, los yanquis y los gallegos, los padres y sus chiquitos, los cuarentones y las quinceañeras, los chetos y hasta los yuppies, que llegaron de traje, directo desde la oficina.
“Trato de venir todos los lunes porque es una desconexión total. Tengo conocidos acá, es una especie de ritual que compartimos sin preguntar ni pensar nada”, expresa Pablo, un chico de Avellaneda que trabaja en una distribuidora de alimentos en Palermo.
Justo después aparece Silvina, su novia, que lo busca, lo abraza y en un segundo lo lleva al centro de la pista para colgarse de su cuello y obligarlo a dar saltos.
Silvina no le suelta el cuello y entonces él la toma de las piernas, la alza y se la encaja en la cintura mientras se funden en un largo beso que tendrá quizá alguno de los mil ritmos que sobrecargan el espacio.
Trance: estado en que el alma se siente en unión mística con Dios.
"La percusión y el ritmo tienen una capacidad muy grande para conectarnos con el ritmo interior de cada uno. El baile es eso, es el movimiento del cuerpo en armonía con la música", afirmará Vázquez dos horas después, cuando ya no suene ningún tambor.
Pero ahora suben al escenario dos percusionistas más. Es difícil distinguirlos desde el tumulto de la gente, pero ante la presentación del director los presentes estallan en una ovación. Un nuevo ritmo comienza y los instrumentos se suman, se complementan y se refuerzan, y la vibración intensa en el esternón se expande ciega e imparable hasta los brazos, las piernas, la cabeza, las puntas de los dedos. Poco importan ya las indicaciones que el director le da al resto de los músicos. Abajo del escenario, la exploración, la experimentación y la improvisación toman por asalto a los cuerpos permeables que inevitablemente le dan forma al sonido.
“Estos tipos te dan una energía que no se puede explicar, hay que vivirla”, dice Raúl, la espalda contra la pared, sólo se anima a mover la cabeza entre trago y trago de cerveza. “Disfruto de verlos, de ver a toda esta gente. No bailo porque no doy más, estuve todo el día parado... pero quise venir porque acá la paso bien”. Raúl es empleado de un comercio en el centro y se irá del Konex tan solo como llegó.
La joven banda de percusionistas consiguió mucho en su corta vida. Gracias al boca a boca, en sólo dos años ganó terreno en festivales, recitales y conciertos, que contaron con la presencia de sus infaltables seguidores. La Bomba de Tiempo participó en el Festival de Percusión organizado por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y cerró el Primer Festival de Música de La Plata. A mediados de 2007 salió a la venta el primer y único disco de la banda, editado por Musical Antiatlas Producciones, en formato acústico y en vivo. Además, los músicos promovieron la expansión de su novedoso estilo a través de la apertura de talleres de percusión, de los que surgieron grupos de percusionistas que llevan el mismo estandarte de La Bomba. Ellos son “La Bombachita” y “La Bombería”, entre otros.
"Hay una infinita variedad de ritmos que se pueden entrecruzar y truncar. El ritmo es nuestro objeto de experimentación. Cada lunes queremos ir más allá en algún aspecto, buscamos cosas nuevas. Por eso hay muchos que vienen todos los lunes, porque no es un show siempre igual. Es un acontecimiento que a ellos les sirve para bailar, pero en el que nunca se sabe bien qué va a pasar", dirá más tarde el líder de la banda. Pero ahora la música sigue, y la gente salta.
Una nena que no tiene más de cuatro años pasa corriendo entre la gente, va al encuentro de su mamá. La mujer, veinteañera, le hace upa mientras intenta hablar por celular. Imposible. Los tambores de La Bomba no dejan oír. Enseguida se resigna, baja a la pequeña y se pone a bailar con ella, que se mata de risa.
"Esto va a ser una fiesta", había anticipado con exactitud un joven antes de entrar. Es el mismo que ahora, a la izquierda, hace malabares con pelotitas, mientras cinco chicos, en ronda, hacen acrobacias por turnos. Dos muchachas bailan como si fueran siamesas, empujándose suavemente entre ellas al ritmo de la música.
En una esquina, junto a la pared, un hombre baila con su sombra.
Trance: estado en que el alma se siente en unión mística con Dios.
Vázquez lo explicará una hora después: "A Dios cada uno lo puede ver en cosas distintas. Yo creo que la música es divina, porque no sabemos de dónde viene. Por eso, el encuentro con la música es una comunión con lo sagrado".
Existe un mundo que La Bomba de Tiempo invita a conocer, a sentir, a experimentar. Cualquier explicación acerca de él lo aleja inmediatamente de lo que es. Lo dicho: el secreto está en la experiencia. Aquí, las palabras no sirven.

lunes, 27 de octubre de 2008

Sobre el trabajo final de investigación

Les recuerdo parámetros para nota de investigación final.
Tratándose de grupos de dos o tres personas, la nota debe ser de 10.800 caracteres. Si el grupo es de cuatro integrantes, la nota debe ser de 13.200 caracteres. Si incluyen algún recuadro, no puede superar los 3.000 caracteres.
Les recuerdo también que en la fotocopiadora del Centro de Estudiantes está la ficha sobre periodismo de investigación, sé que hubo algunos inconvenientes porque a varios compañeros les dijeron que no estaba, pero esta mañana agregaron una copia a la caja de Taller III, como para que cualquiera que vaya la encuentre.
Además les cuento que añadí algunos enlaces al blog, un par de medios digitales y una entrevista narrativo-descriptiva muy buena que se publicó el domingo 19 de octubre en La Nación Revista (la puse entre los "artículos destacados").
Saludos,
Guillermo.

“En algún momento se naturaliza la precariedad”

Diego de Charras, secretario de Gestión Institucional de la Facultad de Ciencias Sociales, admitió que existe un acostumbramiento a la actual situación edilicia, aunque aclaró que a veces se llega a “picos de hartazgo que son comprensibles”.
Por Emiliano Azubel (Comisión 3)
Piensa cada palabra que dice, trata de ser políticamente correcto y explica todas sus respuestas, sin olvidar ningún detalle. Diego de Charras (35 años) vivió semanas agitadas como secretario de Gestión Institucional de la Facultad de Ciencias Sociales. Desde que asumió el 6 de mayo de este año, las reuniones con estudiantes, docentes, técnicos y funcionarios son parte de su cotidianeidad. La toma de las tres sedes en las primeras dos semanas de septiembre, en reclamo de mejoras edilicias y mayor presupuesto, le dieron mayor impulso a la lucha por el edificio único, que se construye en Constitución, donde por ahora sólo se cursa una de las cinco carreras de la Facultad, Trabajo Social. “Le pusimos énfasis al nuevo edificio y en algún punto descuidamos las sedes en las que estamos enseñando y cursando”, admite De Charras, que también es docente de la carrera de Comunicación, mientras prende un cigarrillo detrás de otro durante la hora y media de entrevista.
¿Cuál es el balance luego del conflicto que se vivió en septiembre?
Hay momentos en los cuales se llega a picos de hartazgos que son comprensibles. Pero si bien es cierto que hace 20 años que estamos reclamando un edificio único y no lo tenemos, también es cierto que 12 años atrás la situación era muchísimo más grave. En ese momento la única sede era Marcelo T. de Alvear y la cantidad de alumnos duplicada la que hay hoy en esa sede. En el proceso hubo un segundo edificio, que es la sede de Ramos Mejía 841, que se pensó que podía ser una solución definitiva.
Igualmente cuando empezó ese proceso ya arrancó mal porque hubo un aula en el primer piso que al poco tiempo quedó inhabilitada porque se inundaba.
La situación era terminal en Marcelo T. y otros lugares implicaban mucho tiempo de espera, con lo cual se compró un edificio existente a reciclar, que fue la fábrica textil que estaba en la calle Ramos Mejía. Fue una solución de urgencia. En aquel momento nadie visualizó a Ramos con la mirada sobre la precariedad que hoy podemos tener. Nosotros veníamos de estar hacinados en la sede de Marcelo T. y la nueva sede le parecía a todo el mundo la panacea. Es cierto que eso no esta bien. En algún momento uno se acostumbra o naturaliza la precariedad.
Esa naturalización se vive hoy entre los estudiantes que cursan y que ven como normal la difícil situación edilicia.
Estoy de acuerdo, pero también podríamos hacer otras apreciaciones. La Universidad pública siempre priorizó el contenido de la educación y por restricciones presupuestarias, en un país donde la educación universitaria es de acceso libre y gratuito, por ende masivo, la plata nunca alcanza. Se trató de mantener la excelencia académica en desmedro de las condiciones edilicias, máxime en facultades como la nuestras, que son “nuevas” respecto de otras. También hay naturalizados aspectos que no tienen nada que ver con las condiciones edilicias. Que la circulación por los lugares estrechos esté obturada todo el tiempo por mesas, también es una situación que precariza la seguridad de todos. Está naturalizada cierta no apropiación de lo público, que debería ser cuidado, y es grave.
¿Cuál fue el motivo por el que se llegó a la toma de las tres sedes según su visión?
Seguramente hubo agrupaciones políticas de la Facultad que impulsaron este proceso de protesta y que es legítimo porque son actores políticos. En cualquier caso, la movilización a la que se llegó no tiene que ver, exclusivamente, con el accionar de las distintas agrupaciones políticas. Si hoy se vieron acompañados por un número muy importante de estudiantes no agrupados es porque evidentemente había cierta permeabilidad hacia ciertos planteos. Hubo un perfil en ele de un baño que se cayó, no era una viga. Lo que es preocupante es la permeabilidad sobre la cual ese disparador generó un proceso de movilización tan importante. A mi lo que me preocupa es que para una gran parte de la población de nuestra facultad era verosimil que se cayera una viga.
¿Pero la gestión tiene claro que las condiciones de cursada son peligrosas?
Hay dos cuestiones que son tan importantes una como la otra, que tienen que ver con el riesgo objetivo y con la sensación de riesgo. Esta última es tan atendible como el riesgo objetivo. Me parece que la Facultad muchas veces tiene situaciones de riesgo y hay otras que dan más sensación de riesgo que el riesgo objetivo. Estructuralmente no se puede derrumbar la Facultad y hay estudios que lo certifican. Creo que cometimos muchos errores y los vamos a seguir cometiendo porque somos docentes que estamos gestionando una Facultad.
¿Por qué se hicieron promesas que no se pudieron cumplir, como por ejemplo los plazos para que las carreras empiecen a cursar en Santiago del Estero?
Uno de los errores que cometimos es que pusimos mucho énfasis y preocupación en el edifico nuevo. Además, pusimos el ojo en cuestiones que tienen que ver con el desarrollo académico porque somos conscientes que manejamos un presupuesto más que escaso y hay muchas cosas que no las podemos llevar adelante. Sobre las promesas yo estoy completamente seguro que fueron hechas de buena fe.
¿Por qué se tardó tanto en llegar a la licitación? ¿Y por qué justo se concretó luego de dos semanas de toma y movilización estudiantil y docente?
El 24 de abril de 2008 se firma el convenio por la obra de Sociales por 23 millones de pesos. Luego de tener que realizar una actualización de costos, que dejó la obra en más de 28 millones, la Universidad nos dice el 8 de agosto que los pliegos ya están en el Ministerio, con lo cual adoptamos una actitud expectante. El 2 de septiembre el Decano Schuster le comunica al Consejo Directivo de la facultad que el 15 de septiembre se publica el segundo pliego y luego vienen las tomas. ¿Tuvo que ver esto en la publicación? La respuesta la dejo en tus manos. Es legítimo el proceso que se dio en este conflicto, pero la información se dio abiertamente.
¿Es decir que ustedes no están en contra de la toma como medida de fuerza?
Creemos que los motivos por los cuales se llevó adelante el conflicto son absolutamente legítimos. En general la toma es una medida con un fuerte contenido simbólico y que es el final de un proceso. Como principio de un proceso y por un tiempo extendido, la toma genera muchísimos problemas. En ese sentido no podemos avalar la toma como medida de protesta, aunque la podemos entender. En la del primer cuatrimestre fuimos más refractarios porque nos parecía inoportuna. La consigna “Edificio Único ya” era vacía porque tenemos por delante por lo menos un año y medio de obra para que se construya la segunda etapa del edificio, con lo cual no tiene mucha racionalidad la lógica de tomar las sedes hasta que esté el edificio. De todas maneras creo que algo aprendimos respecto al impacto que había tenido el comunicado respecto de la toma en el primer cuatrimestre y evaluamos en el segundo proceso de toma que quizás no ayudaba porque efectivamente teníamos una situación edilicia muy precaria.
Finalmente se convoca a la Comisión Multisectorial. ¿Qué importancia y qué alcance tiene?
La Universidad es una institución democrática y el organismo resolutivo de la Facultad es el Consejo Directivo. La Comisión funciona de manera abierta y el miércoles 24 tuvo su primera reunión. Invitamos a la participación a los estudiantes, a los docentes, a los no docentes y a las autoridades de diversa índole a que se acerquen el miércoles 8 de octubre. La idea es que de allí puedan salir propuestas hacia el Consejo.
¿Cómo ve el presente y el futuro del proceso por el nuevo edificio?
Si hay muchos actores con voluntad de diálogo podemos llegar a resultados importantes. De parte nuestra tratamos siempre de abrir espacios de debate. No somos una banda de paracaidistas que desembarcamos en la facultad. No hay ningún tipo de perversidad o negligencia premeditada de parte de las autoridades. En las críticas a Schuster como responsable de la situación edilicia hay también otros intereses en juego. Ahora hay elecciones no docentes, en un mes las estudiantiles y cada actor juega a su manera. El escenario político es aún más complejo. En diciembre del año que viene Schuster vuelve a ser titular de cátedra en Ciencia Política ya que no puede ir por otro mandato. En este escenario también se está jugando con las elecciones del próximo año, para ver quien será el nuevo Decano.

viernes, 26 de septiembre de 2008

Trabajo y despedida

Reitero la consigna del trabajo que deben hacer a partir de la entrevista realizada a Christian Rémoli, porque se ve que quedó posteada muy abajo y estoy recibiendo consultas.
Tienen que escribir una entrevista descriptivo-narrativa de 5000 caracteres con espacio. Titular con volanta, título y copete, con tamaño a elección.

De paso aprovecho para despedirme de quienes no lo hice el pasado lunes, ya que no podré asistir a la presentación del nuevo docente: Guillermo Wulff.
Suerte, un placer haber trabajado juntos.
Saludos, Clarisa.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Ya son dos sus obras con fuerte mensaje social

ARDITO Y MOLINA, CINE CON CONTENIDO Y CORAZÓN

Corazón de Fábrica el segundo documental de la pareja de directores fue presentado en formato DVD y confirman que en la segunda mitad del 2008 comenzarán a exhibirla por el interior del país.

Por Christian Pandullo y Diego Villani (Comisión 10)
Ernesto Ardito y Virna Molina son dos prometedores exponentes del actual cine documental argentino. En pareja y con dos hijos, son egresados de la carrera de Realización Cinematográfica en la Escuela de Cine de Avellaneda. Realizaron el film Raymundo (2002), en el que se narra la vida y obra de Raymundo Gleyzer, cineasta secuestrado y desaparecido por la última dictadura militar de 1976. Con este film fueron galardonados con más de 11 premios internacionales. A principios de 2008 estrenaron Corazón de Fábrica, obra en que se relata la historia de un grupo de trabajadores de la fábrica de cerámicas Zanón, que cuando el dueño empresario resuelve cerrarla, deciden tomar la planta y ponerla a producir sin patrones, llevando adelante una gestión obrera durante más de 5 años, y este año esperan la resolución judicial favorable para poder expropiar la fábrica en cuestión. Luego de haber proyectado en Neuquén y Buenos Aires ahora presentan el lanzamiento del DVD y accedieron a una entrevista para contar sus experiencias.
¿Cuáles fueron los objetivos con que filmaron “Corazón de Fábrica”?
Ardito: La motivación es prácticamente como una continuación de nuestro anterior film. Con Raymundo lo que hacemos, a través de Gleyzer, es contar la historia de un militante, es decir, poder ver cómo era esa generación del Cine Militante anterior al 76, y la militancia en general, porque en el momento en que empezamos con la investigación se hablaba del 76 en adelante, de los desaparecidos. Y Corazón de Fábrica también habla de la militancia. Es una historia totalmente abierta, que nos permitió avanzar hacia adentro, conocer el otro lado del activismo, es decir, poder salir un poco de lo que es su romanticismo, y ver cómo son las discusiones internas de las fábricas, más desde la base, y desde lo que le está pasando a cada uno. Entonces desde ese cotidiano poder reconstruir lo que es la militancia hoy.
¿Por qué Corazón de Fábrica no tiene apoyo nacional?
Molina: Nos habíamos comprometido con los trabajadores de que la película la hacíamos nosotros, o sea que nadie nos venía a meter un corte externo ni iba a haber presiones. Poner la película en el sistema del INCAA implica perder derechos sobre la película y eso uno lo tiene que tener en cuenta, pueden recortarte el presupuesto, congelarte el proyecto o censurarte. Nunca se nos ocurrió acudir al INCAA para financiarla. Entonces, ¿qué manera tenemos de financiarlo? Algo de plata con los premios de “Raymundo” teníamos ahorrada, que nos bastó para poder cubrir lo básico del rodaje, viajes y el material. La familia ayudó para poder comprar la cámara. Se hizo a pulmón. Después, por suerte, obtuvimos las becas de Holanda (Jan Vrijman Fund) y Canadá (Fundación AlterCine).
¿Cómo se consiguen las becas?
Ardito: Por ejemplo en esta de Holanda, tenés para desarrollo de proyecto, para producción y postproducción, y para distribución. Lo que es producción y postproducción lo presentás a concurso, hay dos llamados por año, se presentan muchos proyectos, ahí hacen una evaluación, y seleccionan ocho, diez proyectos. O sea, no es nada seguro.
Molina: Es bastante difícil. Nosotros tuvimos la suerte y, digo la suerte, pero también uno le pone pilas. En Vrijman las seleccionaban en una instancia de postproducción cuando ya tenían algo que veían de la película. Lo bueno de estas dos fundaciones es que los tipos no se meten con el contenido. Canadá no pide nada a cambio, Holanda te dice “nosotros tenemos los derechos de distribución en Holanda, Bélgica y Luxemburgo, hasta que nosotros recuperemos el dinero que invertimos.”
¿Ya obtuvieron premios con este film?
Sí, estamos muy contentos. Principalmente la película recibió el premio al mejor documental en el concurso internacional Otras Miradas, que está organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, pero también nos premiaron en los festivales de La Habana, Málaga, Kalamata, Valdivia y Brescia.
Respecto a la proyección, ¿piensan exhibir sus films más allá de los espacios alternativos como el Hotel Bauen?
Ardito: Sí, lo que pasa en realidad, es que los antiguos cines barriales fueron desapareciendo y la mayoría de la gente que vive en los barrios prefiere no ir al centro. Sus actividades de esparcimiento se desarrollan ahí. Hay que contar con proyecciones en la facultad, o los grupos que proyectan en varios barrios. A la vez hay un montón de centros culturales que se fueron abriendo, entonces el tema es generar ahí los circuitos alternativos. Muy importante es el tema del interior del país. Donde hay mucha demanda de lo que es el cine nacional, sobretodo cuando como realizador estás presente, hay una respuesta muy grande de la gente.
¿Siempre intentan generar espacios para los debates?
Ardito: Sí, en general siempre la gente que organiza las proyecciones prevé este espacio, ya existe. El tema pasa porque el público se enganche en un debate, en una charla, y eso varía muchísimo.
¿Proyectar y difundirla en una sala comercial les genera alguna contradicción ética?
Ardito: Contradicciones no hay, pero el hecho es que el sistema está armado para que este tipo de películas no puedan ingresar. Si no sos una figura conocida como Michael Moore, la masividad pasa entonces por la televisión. Nos pasó con Raymundo, cuando la emitieron por canal Encuentro fue como si hubiéramos estrenado 10 veces, la ven 500 mil personas. Ahí sentís el impacto. Pero después está el tema de los canales de Aire, como por ejemplo el 7 que no tiene una política de pagarte los documentales cuando los pasa, y eso que es el Estado. Cualquier canal de Europa te compra la película si te la pasa.
Molina: Si yo pudiese, me preocuparía porque se vea en los cines del Gran Buenos Aires, los que están en los shoppings, como Haedo. Estaríamos felices de la vida, no me importa que el cine sea un Hoyts, porque sé que los trabajadores van a ver cine ahí. Desgraciadamente no es factible, tenés que entrar con muchas copias en 35, ahí ya necesitás de una gran inversión.
Pero sí con la película se puede ayudar a hacer crecer un espacio, como el hotel Bauen, recuperado por los trabajadores, toda la vida prefiero tener un espacio ahí.
¿Llevarían el film a una fábrica para de algún modo concientizar y generar lucha?
Molina: No, el cine llega hasta un punto, después decir: “compañeros, cómo nos organizamos” eso es otra cosa. Creo que mostrándola con una crítica por la positiva me parece que es más rico porque genera una identificación más real. Si vos querés vender un cuento de fábulas donde todos son heroicos compañeros, trabajadores que salieron a la lucha que no se pelean y son unidos, es mentira, son seres humanos que son increíblemente heroicos en la que han hecho, pero tienen sus miserias, sus conflictos y ahí está lo más interesante, mostrar qué se pudo resolver y qué no, eso es interesantísimo.
¿Siguen contactados con los obreros de Zanón?
Molina: Seguimos contactados, sí. Más que nada el tema es que ellos ahora viajan a Europa y se llevan la película como para poder explicar más la experiencia, y abrir debate. A fines de mayo la proyectamos en la Biblioteca del Congreso. Mandamos e-mails a todos los diputados para decirles, porque era buena instancia para presionar por el proyecto de ley nacional de expropiación, aunque todavía no se resuelva.
¿Qué proyectos tienen para después de Corazón de Fábrica?
Molina: Por ahora no tenemos, estamos lanzando el DVD del film y promocionándolo vía las Fundaciones en el exterior. Habría que ver qué película es más necesaria hacer, analizar qué aporta más, qué temas abrir. Por ejemplo el tema de la izquierda, de la formación teórica, de las discusiones sobre Marx.
¿Después de haber proyectado en el Bauen, la van a llevar a algún lado?
Molina: Sí, allí estuvimos hasta fines de junio. La idea es ir a diferentes espacios proyectando y en el interior del país arreglar pequeñas giras. Durante agosto y septiembre estaremos exhibiendo en Córdoba, principalmente en un ciclo de Recuperadas.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Sigue en pie la conferencia

Comisiones 8 y 10:
Escribo para reconfirmar que hoy nos encontramos a la hora de siempre, en el aula que corresponde a cada uno de ustedes, para realizar la conferencia de prensa con Christian Rémoli, director del documental Verdad o Mentira. Mundial 78.

Si bien la entrevista seguramente rondará en torno a la realización de la película, sería bueno que también la aprovechen para indagar en el proceso de investigación periodística, puesto que en breve (aunque en formato escrito) ustedes también deberán hacerlo.
Cómo se piensa una investigación periodística.
Qué cosas deben tenerse en cuenta.
Como se financia... son sólo algunas sugerencias.
Espero que ustedes tengan mucho más para preguntar.
Nos vemos en unas horas, saludos Clarisa.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Confirmamos conferencia

Queda confirmada la conferencia de prensa que brindará el próximo lunes 22 de septiembre Christian Rémoli, director del documental Verdad o mentira- Mundial 78.
La comisión 8 lo recibirá en su aula de 18 a 19 y la comisión 10, también en su salón, de 20 a 21, por lo que solicito puntualidad.
Recuerden que debn realizar la preproducción de esta entrevista y llevar grabadores para poder registrar la charla.
El trabajo que deberán realizar posteriormente será una entrevista editada de manera descriptivo-narrativa, de 5000 caracteres.
Saludos, Clarisa.

martes, 16 de septiembre de 2008

Homenaje a un ícono de los niños

LA GALERA ENCANTADA ESTRENÓ EN EL TEATRO CERVANTES “MARÍA ELENA”

La obra forma parte de los festejos por el aniversario Nº 30 del grupo de teatro infantil que desde hace diez años tiene su sede en Palermo Hollywood. Su director, Héctor Presa, recuerda sus inicios y explica cómo trabaja un equipo de artistas con una pasión en común: los más pequeños.

Por Clarisa Analía Vittoni (Comisión 10)

Héctor Presa es actor, dramaturgo y director de un grupo de teatro infantil que este año festeja su trigésimo aniversario. Tuvo la oportunidad de llevar sus espectáculos a distintas partes del mundo y recibió por ellos 56 premios nacionales e internacionales. Estrenó en las vacaciones de invierno una obra en homenaje a María Elena Walsh y reestrenó también uno de los primeros espectáculos de la compañía: “El Hado de Pistacho”. Entre bambalinas y disfraces, Presa contó cómo fueron esas experiencias y recordó que también para los adultos es importante “abrir las puertas para ir a jugar”.

¿Cómo fue que descubrió su vocación, su amor por el teatro?
Yo empiezo de muy chico a hacer trabajos que tienen que ver con canto para chicos, de una manera totalmente amateur, tipo hobbie. Entré en algún coro, me gustaba cantar, y estas cosas fueron las que fueron llevando a empezar a definir que en algún lugar me gustaba estudiar teatro.

¿Con quiénes se formó?
Me formé con Ruben Correa, como docente de Teatro; con Alberto Medisa, como docente de Dramaturgia, y con Diana Machado, como docente de Coreografía.

Leí en entrevistas anteriores donde decía que creía en la formación del grupo, que confiaba en el trabajo en equipo. ¿Recuerda cómo se formó su grupo, “La Galera”?
Sí, yo trabajé toda la vida en grupo. Yo creo en los grupos de trabajo, creo en la no democracia de los grupos de trabajo, creo que tiene que haber cabezas en las áreas. La Galera se forma a partir de que yo estaba haciendo teatro por mi cuenta y un día llegué a una Asociación Civil sin fines de lucro a hacer una función y había un grupo de gente que dirigía una pedagoga, Dora Sterman. Yo venía con un éxito rotundo con mis trabajos y ella me dijo que el trabajo le había parecido actoralmente bárbaro y pedagógicamente una porquería. Nos quedamos charlando y me interesó mucho lo que hablaba y a la semana me fui a encontrar con ella y le propuse armar un grupo.

Leí en otras entrevistas también que su trabajo era “emocionar y entretener”. La pregunta es ¿cómo emocionar desde el teatro a chicos que están cada vez más motivados por las nuevas tecnologías?
Creo que buscando las bases. La gran diferencia es que todo lo que proviene de la tecnología está distante, quiérase o no está a través de una pantalla, no usa el vivo, no está el uno a uno. Creo que la única razón por la que el teatro sobrevive a lo largo de los años es porque enfrenta directamente al espectador con el actor en un hecho irrepetible, aquí y ahora y a lo largo de toda la vida no hay una sola función igual a la otra.

¿Cómo fue el estreno de María Elena ?
María Elena formó parte, al igual que Robin Hood, en el teatro Cervantes de los festejos de estos 30 años de La Galera y fue para festejar, homenajear a alguien que de alguna manera hizo que mi niñez tuviera un color determinado. Lo que la Walsh logró en las cabezas nuestras fue el permiso, estar ahí, estar involucrado con una persona que tenía semejante libertad hacía que uno se sintiera más libre y pudiera hacer otras cosas. Esto hace que de repente ella haya sido la que abrió los lugares para que uno se sintiera libre y caminara tranquilamente por todos los espacios. Tenía tal libertad en su forma de expresar y todo que hizo que las canciones quedaran a través de todas las generaciones. Así que es un proyecto fantástico, muy querido y que esperemos pueda durar mucho tiempo más.

Tengo entendido que la idea de la obra era preguntarse de dónde sacaba María Elena Walsh sus ideas; ¿de dónde saca Héctor Presa sus ideas?
Yo creo que lo que dice la obra es un poco lo que nos pasa a todos los autores. Uno saca las cosas de adentro, de lo que vive, de lo que imagina, de lo que delira, de lo que huele, de lo que palpa a diario. De ahí surgen las ideas, de ahí surgen las motivaciones, de las experiencias personales, de la educación que uno tuvo.

Por último, teniendo en cuenta la temática humanística que recorre sus obras, ¿algún mensaje que le quiera dejar a los chicos?
En general por ahí el mensaje que nosotros podemos dar a través de La Galera es que cualquier temática puede abordarse a partir del juego y que en la medida que los adultos nos acerquemos cada día más al lenguaje del juego vamos a estar más cerca de la niñez. Me parece que ese es el mensaje para dejar no sólo a los chicos sino también a los grandes. Que los grandes vean que jugando los chicos entienden y que los chicos entiendan que jugando se pueden vincular con los grandes. Me parece que ese el nudo que une las dos historias, la historia nuestra, la historia de las obras que hacemos y la de los espectadores que vienen a ver las obras. Como si todo fuese un gran juego en donde como dice el refrán: “hay que abrir la puerta para ir a jugar”.

jueves, 11 de septiembre de 2008

Paro del lunes 15 de septiembre

Comisiones 8 y 10:
El paro del lunes 15 de septiembre es sin concurrencia a los lugares de trabajo, por tal motivo queda suspendida la conferencia de prensa con Christian Rémoli planificada para ese día. Previa confirmación del entrevistado, que por el momento no tendría problemas de agenda, la realizaremos el siguiente lunes, 22 de septiembre.

Para aquellos que se hayan sacado menos de 6 en el primer parcial y deben recuperar, les comunico que pasamos el recuperatorio para el lunes 29 de septimbre.

Por otro lado, paso la lista de los alumnos de la comisión 10 que me gustaría que me envíen sus entrevistas para el blog (la salida abrupta del pasado lunes me impidió solicitarlo en persona, les pido que por favor antes de mandarlas corrijan los errores marcados):
Juan Martín Bregazzi.
Juan José Salernó.
Clarisa Vittoni.
Yolanda Butler y Julieta Dominioni.
Agustín Bebesa.
Diego Villani y Christian Pandullo.

Gracias y a hasta el lunes 22.
Cualquier duda escriban a mi correo o posteen un comentario.
Clarisa.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Entrevista a Pablo Caruso

"NO FUERON MUCHOS LOS MEDIOS QUE DIERON LA PELEA"
El director general de radio Cooperativa reflexiona sobre el compromiso social de los medios de comunicación en Argentina.

Por Pamela Romero Casanovas
y María Laura Vacas Vignolo (Comisión 8)

En una extensa entrevista Pablo Caruso reveló que radio Cooperativa surgió para garantizar el pluralismo informativo y cultural. Luego de largos años de estudio de Comunicación Social en la Universidad de Buenos Aires (UBA) sostiene que es indispensable que una nueva ley de radiodifusión reemplace a la ley de la dictadura aún vigente y que además surjan medios fuertes a favor de la democracia. A continuación presentamos los tramos principales del interesante encuentro.

¿Cómo surgió la idea de crear “Radio Cooperativa”? ¿Hace cuánto tiempo empezaron?
La radio está en el aire desde hace seis años, precisamente en el 2002. Hubo algún laburo previo, pero básicamente desde ese año. Éramos un grupo de laburantes de los medios; alguien que conocía mucho de política y alguien que decidió invertir lo que no es poco en la crisis del 2001, porque era muy difícil de conseguir. La radio arranca así con el proyecto de plantear un lugar donde se pudieran hacer cosas en radio que hasta ese momento no había. Y que por ahí sí había en pequeñas radios barriales o pequeñas radios alternativas pero que no tenían mucho hambre por dar la pelea grande con el resto de los medios. La idea era rápidamente tratar de ofrecerse como una alternativa comercial.

Según tus palabras entonces mantienen un perfil comercial, ¿verdad?
La base de todo el sistema de comunicación, por lo menos en nuestro país, es comercial. Nunca dejó de tener ese objetivo. Y bueno, tratando que con los pocos recursos que teníamos había mucha suma de voluntades para ser competitiva, para: respaldar los valores que nosotros teníamos como medio y para que efectivamente se pueda sostener en el tiempo, porque la radio es vínculo
O sea, la radio, si no vende, hoy por hoy no existe. Salvo que venga alguien que te ponga una plata determinada y te banque. Que puede ser un particular, una organización o un ente internacional.

¿Cómo es el financiamiento o a participación de los auspiciantes hoy en día?
El presupuesto de la radio es de supervivencia. Hoy tenemos muy poco espacio vendido, la mayor parte de los profesionales viene con auspicio y por algún que otro convenio que tenemos alguna productora.

¿Encontrás contradicciones a la hora de armar una programación?, es decir dificultades para mantener una coherencia ideológica.
Mirá, la radio nunca escondió dónde está parada. No partidariamente, pero sí políticamente la radio no es objetiva, la radio es subjetiva. La radio te habla desde un lugar, así como Radio 10 te habla desde otro lugar. Los que empezaron a escuchar y se entusiasmaron con la radio, cuando veían que aparecía, no sé, un domingo en vez de ser un programa cultural empezó a aparecer una transmisión de Boca… por ejemplo Te puedo dar mil casos: “Ehh… pero ustedes son muy populares, muy progres, muy de izquierda pero van al fútbol”. O por ejemplo Osvaldo Quiroga, que es un tipo vinculado con una visión de la cultura por ahi más reaccionaria. Pero bueno, digamos, esas son las contradicciones que planteamos. Tienen varias explicaciones: primero, nosotros buscamos la masividad. No nos interesa que nos escuche el grupo que está de acuerdo con nosotros. Nos interesa que nos escuche éste porque sabe que al final del camino estamos respetando sus valores, pero también que nos escuchen los que no están de acuerdo ¿Cómo hacemos para que nos escuchen ellos? Y, lamentablemente hay como un lenguaje, hay como una batalla por el lenguaje que está perdida. Si yo empiezo a hablar de: compañeros, revoluciones, la militancia… si yo hago alocuciones de 25 minutos… todas esas son cosas que ya están hegemonizadas por el resto de los medios, y el que las escucha tiene muchos prejuicios respecto a eso, entonces te dice “no, este tipo es un zurdito, lo apago. Entonces yo no quiero eso, yo quiero utilizar las herramientas que hoy tienen ellos, esos medios. Pero el mensaje es nuestro. Obviamente que la forma hace el mensaje, pero tampoco somos desquiciados. Bueno ésa es nuestra estrategia. Por eso te digo, vas a encontrar muchas contradicciones en ese sentido. Ahora, si conocés el objetivo final, no es tan contradictorio.

Entonces ustedes buscan masividad y diversidad pero sin desviarse de lo que ustedes quieren, de un objetivo…¿verdad?
Exacto, que tiene que ver con determinados valores comunicacionales, políticos y profesionales. Y mientras ello vaya creciendo, bueno entonces el objetivo se va cumpliendo.
¿A qué tipo de público se dirigen en radio Cooperativa?
Al principio fuimos a buscar al oyente que realmente demandaban una posibilidad comunicacional como ésta. Después quisimos que ése se quede pero que vengan otros. Todavía estamos en eso, es decir no faltarle el respeto al que confió en nosotros en aquel momento pero tratar de incorporar cada vez más. Y creo que se da, porque si escuchás los mensajes que se leen en el aire, y por lo general todos los programas ponen la mayor cantidad que pueden. Ahora con el conflicto del campo, por ejemplo, tenés desde “el gobierno es guerrillero, montonero, que tendría que estar en un vuelo de la muerte” hasta tipos que se plantean con criterio quiénes son los que están reclamando que se anulen las retenciones…. O sea, tenés un pluralismo muy interesante. A mí me gusta, si genera discusión, si problematiza las cosas está bueno.
El tema es que nos escuche la mayor cantidad de gente posible. Porque para construir una verdadera alternativa en comunicación, hoy por hoy seguís necesitando eso.

¿Qué sentís que los diferencia de otros medios?
Me parece que la primera diferencia con el resto de los medios es que nosotros nos reconocemos como subjetivos. Que no creemos en la objetividad pero sí en el justo tratamiento de la información o en su honesto tratamiento. Me parece que lo que está bueno es eso: diferenciar lo que es ser objetivo y subjetivo y también cuál es un trato honesto de la información. Me parece que lo de los oyentes viene como a consecuencia de eso. Creo que la principal diferencia pasa por ahí.

Ustedes en la cortina de un programa dicen “si el periodismo es algo sucio, nosotros no hacemos periodismo”, ¿qué significa exactamente esa definición?
Sí, eso está en De todo menos lindo, a la noche. Cada programa tiene su propia editorial, su propio pensamiento, su propia artística en función de lo que ellos quieren transmitir, pero están elegidos en el global de la programación.
Pero te vas a encontrar con un tipo como Miguel Ángel Verduni labura en Mitre a la mañana y que después viene para acá y tiene una mirada muy crítica de algunas cosas. Y vos escuchás Condenados al éxito y es oficialista. Pero me parece que logramos dar a entender que esa persistencia es posible. Lo que no queremos hacer y no lo permitimos de ninguna manera es el amateurismo desde lo profesional.

¿Qué es para vos eso de ser “amateur desde lo profesional”?
Significa que si vas a decir algo, tenés que sostenerlo y ser respetuoso con el que se lo vas a decir. Aliverti dijo alguna vez que “lo alternativo no se puede recibir desde el amateurismo” y eso es fundamental porque muchos lo que están esperando es que nosotros seamos muy débiles profesionalmente. Entonces emparentan una propuesta comunicacional alternativa sin discutir lo que significa.
Una propuesta de comunicación alternativa no puede ser trucha y no sonar a radio. Esa es nuestra principal obsesión. Hay que tener en cuenta la responsabilidad que uno tiene por estar emitiendo una señal que está en un recurso público como es el aire.

¿Cómo es la situación de la licencia, tienen una o la están tramitando?
Estamos gestionando la licencia en la frecuencia 750. Hay que tener en cuenta que estamos en marco legal que no es legítimo, ya que fue planteado en una época de dictadura. Es necesario que se cree una nueva ley de radiodifusión que reemplace a la ley de la dictadura aún vigente y que además surjan medios fuertes a favor de la democracia informativa. Más allá de eso, y a pesar de las trabas que nos imponen, nosotros logramos un consenso desde los medios, desde la cultura, desde lo político y desde la audiencia que lo legitimó.

¿Hay censura en tu radio o consideras que cada uno puede decir lo que quiera?
Cada uno es libre, pero siempre con responsabilidad y siguiendo la línea de pensamiento general de nuestro medio. No tiene sentido una crítica a un juez federal sin fundamento o a Cristina Fernández, sin que esté presentada profesionalmente. No sirve arriesgarse sin pruebas contundentes porque somos vulnerables, a nosotros un día alguien se raya y no teniendo licencia nos borran del mapa.

Entonces, ¿Estás conforme con el lugar que ocupa radio Cooperativa?
Si. Yo quiero jugar este juego, y para dar las peleas es el momento indicado, nosotros venimos jodiendo con lo de la Ley de Radiodifusión desde que arrancamos. Y bueno viste, no fueron muchos los medios que dieron esa pelea. Pero por algo estamos donde estamos y no quisimos entrar en otro lugar. Bueno en este lugar vale la pena.

jueves, 4 de septiembre de 2008

Historia de vida

“YO ROBO, PERO NUNCA ME CONSIDERÉ UN MAL TIPO, UN CRIMINAL”

Por Camilo Alves y Lucía Chiaro (Comisión 8)

Entrevista a Walter (nombre ficticio para proteger la identidad del entrevistado), ladrón de la zona de Villa Soldati. Veinte horas después de otorgar esta entrevista cayó preso por tentativa de robo y tenencia de estupefacientes.

Walter ¿a que edad empezaste a robar?
Y… yo empecé de pendejo. A los doce ponele. Apenas terminé el primario. No podía seguir estudiando y donde yo vivo (Villa Soldati) no podés elegir mucho: cartoneás o choriás.
¿Y que robabas al principio?
Empecé pungueando, como todos. Robaba billeteras, carteritas, medallitas, algún reloj… todavía no había celulares (risas). Eso hasta que le agarrás la mano, vas aprendiendo, hasta que te juntás con otros y organizás alguna cosa más grande, una “salidera” ponele.
¿Qué es una salidera?
Es cuando arrebatás. Esperás a alguno que tenga un maletín, un reloj caro, cualquier cosa que se pueda manotear. Vas corriendo o en moto y se la arrebatás.
¿Y sacás mucho con eso?
Y depende. Una vuelta arrebatamos un maletín y había cinco mil pesos. Esa fue una noche de joda grossa (risas). Otras veces abrís el maletín y hay puros papeles, facturas, boludeces así. Te querés matar.
¿Y asaltos?
Eso ya es para cuando estás mas piola. No es joda el asalto, se hace cuando tenés más cancha. Hay pendejitos que recién empiezan, pelan un cuchillo y van a asaltar así nomás, terminan todos muertos al toque.
¿Los mata la policía?
¡No, ni ahí! Los matan los tipos a los que van a afanar. Son pibitos de once, doce años, no tienen idea. Y no todos se asustan cuando ven un cuchillo, algunos reaccionan pegando. Y los pendejos esos no la aguantan, si casi no comen. Apenas sirven para correr un poco. Los agarra alguno y los caga a trompadas y los pibes terminan hechos mierda, algunos no zafan.
¿Vos cuándo empezaste a asaltar?
A los diecinueve ponele. Creo que fue un kiosco, no me acuerdo. Te llevás la guita y corrés. La hacés y te vas, no boludeas. Algunos boludean demasiado tiempo, se hacen los malos, buscan más guita o se quedan robando fasos y cae la cana o resulta que el kiosquero tenía un fierro o algo y ahí cagaron.
¿Llegaste a matar a alguien?
No. Bah, creo que no. Yo no voy por ahí a matar gente, pero si lo tenés que clavar o meterle un tiro en una gamba y bueno, lo hacés. Sino cagaste vos. Pero no le tiras a matar ni le metes cincuenta tajos. Es para asustarlo o que no se mueva ni te corra. Pero no sé… a lo mejor alguno se murió, yo no me enteré. Pero matar por matar, no.
¿Caiste muchas veces preso?
Y… ya van tres. Yo empecé a los doce, ahora tengo veintisiete. En todo este tiempo caí nada más que tres veces. Es poco.
¿Te sentís un triunfador en ese sentido?
Y sí, puede ser. Pero en cualquier momento se te corta, hacés alguna gilada y estás listo. En esto uno no puede equivocarse mucho.
¿Cuál es el peor error que puede cometer un ladrón?
Buchonear. (Delatar a otro) Te hacen la cruz y ya no podés vivir tranquilo. Ni siquiera podes seguir afanando porque te van a entregar al toque, los otros ya te marcan. Y si estás guardado peor, te matan ahí mismo.
¿Vos sentís que elegiste ser ladrón o no te quedó más remedio?
Y un poco sí… (pausa). Aunque en realidad no es que lo elegí… yo hubiese elegido seguir estudiando si hubiese podido. Es más bien como que tuve que elegir entre dos cosas que no me gustaban, que eran cartonear o robar. Elegí robar porque me pareció más fácil. No era tan fácil, pero bueno… ya quedé en esto.
¿Y conocés a alguien que sí haya dejado la “profesión”?
Algunos, pero son muy pocos. Si ya entraste en ésta es muy difícil que salgas. Primero porque nadie te da laburo si estuviste preso, y es algo que no se puede esconder. Y segundo porque se vuelve tu forma de vivir. Los que la cortan es porque se mandaron una cagada grosa, como buchonear a alguien. O si no porque hicieron mucha guita, algún golpe importante. Igual siguen, la mayoría sigue. Es tu forma de vivir, es lo que hacés. Siguen por gusto
¡¿Siguen por gusto?! ¿cuál es el gusto?
El gusto de robar, el gusto de sentir emoción.
¿Vos sentís emoción cuando robás?
(Firmemente) No, yo ya no siento nada.
¿Nunca?
No… a lo mejor cuando la guita que saco es bastante, me alegro, porque la puedo hacer durar. Ahora soy más cuidadoso con la guita, porque antes gastaba todo de un saque, y tenía que salir a afanar más seguido. Si hiciste una buena guita y encima la cuidas podés estar sin afanar un tiempo, yo estuve como un mes y medio sin robar, por un asalto que hice. Saqué mucho y la cuidé.
¿Y te gustó eso de vivir sin tener que robar?
Sí, estás más tranquilo. Pero igual sabía que no tenía un piso ¿entendés? Sabía que esa guita se me iba a acabar por más que la cuide y que tarde o temprano iba a tener que salir a afanar de vuelta.
¿Dónde hay más ladrones en Buenos Aires?
Ladrones hay en todas partes. En todas partes. El verdulero que te cobra de más, compra la verdura a dos pesos y te la cobra a veinte. Los políticos, los forros estos (por la policía). Chorros hay en todas partes. Vos mismo podés ser chorro. La diferencia es que yo pongo la jeta, me la juego. Yo, lo más probable, es que termine muerto en una zanja, pero porque voy de cara a afanar. Pero robar, roban todos. En todos lados.
¿Cómo es un día típico en tu vida?
Me levanto a eso de las diez, depende lo que haya hecho a la noche (risas). Y.. no sé… desayuno con mi primo, salgo a caminar por el barrio, voy con los pibes y vemos que hacer… si hay alguna punta, cómo la vamos a hacer. Si no salimos a caminar y vemos… si se cruza alguno con pinta de tener guita, la hacemos. Reventar un ciber o un locutorio no, eso se planea más, no podés ir así nomás porque lo más seguro es que te agarren.
¿Todos tus amigos son ladrones?
La mayoría, algunos no. Pasa que la gente que no chorea, no confía en vos. Y tienen razón, un poco. Igual hay mucho prejuicio. Yo robo, pero nunca me consideré un mal tipo, un criminal. Sí, te va a sonar raro, pero yo en realidad no quiero hacerle mal a la gente. Lo mío es necesidad. Ya es tarde para volver atrás, pero no soy un monstruo. Yo tengo gente que me quiere. Creo que eso me salvó varias veces.
¿En qué sentido?
Y… si tenés alguien que te espera en casa, hay cosas que no las hacés. Te arriesgás menos. Vos pensá que esa persona siempre está con el corazón en la boca esperándote, sabe que en cualquier momento caes preso o te boletean. Y yo tengo gente que me espera, entonces no me puedo cagar en eso, no puedo arriesgarme más de la cuenta, porque no me cago solamente a mí, los cago a ellos.
¿Estás casado o en pareja?
No, ya no. Tuve una mujer, no estábamos casados pero convivíamos.
¿Y cómo tomaba ella tu profesión?
Y bueno, eso es lo que a la larga nos terminó separando. Ella no se bancó tener que estar todos los dias viendo si yo volvía a casa o me tenía que ir a ver a la comisaría o aparecía muerto en algún lado. Al principio se la bancan, pero no es joda esto, es dura la cosa. Aparte te faltan muchas cosas, no te creas que yo saco un toco con cada robo. Yo saco para vivir, pero no tengo lujos. Y eso a las mujeres les importa mucho. Otra cosa es que no les podés dar un chico.
¿Por qué?
Por lo que hacés. Yo no puedo hacerme cargo de un pibe haciendo lo que hago. Caigo preso ¿y quién lo mantiene? ¿qué le digo? ¿”Papá clavó a un tipo y por eso lo encerraron”?
¿Los ladrones no tienen hijos entonces?
No, la mayoría tiene. Y casi todos tratan de ser buenos padres, ojo. Pero no se puede, no se puede ser chorro y educar a un pibe fuera de eso. Yo no es que no pueda tener hijos, no quiero tenerlos, porque la van a pasar mal. Lo más probable es que terminen en la misma que yo y yo no quiero más chorros. Yo ya te dije, lo mío fue una elección hasta ahí. Yo nunca le dije a nadie “salí a chorear, que te va a ir bárbaro”. Al contrario. Yo a los pendejos les diría que no afanen, pero no me van a hacer caso. A mi me lo dijeron y seguí lo mismo. Entonces lo único que puedo hacer es decirles que no se manden cagadas, que no se les vaya la mano.
¿Sos una especie de maestro? ¿Dónde se aprende a ser ladrón?
Maestro no soy, ni lo quiero ser. Pasa que tampoco quiero que los maten por no saber algunas cosas. Escuelas de chorros no hay. Se aprende en la calle. La escuela, si querés, es Devoto o Caseros. Vos caés en cana y lo primero que te preguntan tus compañeros de celda es “¿Qué te pasó?”. “Y… me pasó así, así y así” y te dicen “no, sos un boludo, tenés que hacer así y así…”. Y ahí aprendés, de lo que vivieron otros. Aparte por ahí justo está escuchando un pendejo que cayó por robar un celular y también aprende. En la cárcel ser chorro es lo más común, es lo normal, no tenés nada que esconder… ¡si todos son igual que vos! Entonces podés hablar bien, sin recatarte, y aprendés. Compartís, que se yo. Es como un club (risas).

Cromañón : Segundo día de juicio

" CALLEJEROS NO HIZO NADA PARA EVITAR LA TRAGEDIA"

Por Melisa Campilongo y Mariano Garuti (Comisión 8)


César Branzini tiene 58 años y no le quedan hijos. Se arremanga la camisa y permite que se vean algunos de sus tatuajes. Él prefiere mostrar uno en particular: las iniciales R.T.B.M. escritas verticalmente en su antebrazo y, a sus costados, las palabras “Cromañón” y “Asesinada”. Romina Tamara Branzini Mangiarotti, su única hija, fue una de las 194 víctimas fatales de la tragedia del boliche de Once en diciembre de 2004. Tenía 26 años y estaba casada con Diego Algañaraz, manager de Callejeros, hoy uno de los 15 imputados en la causa. Después del segundo día de un juicio que promete prolongarse en el tiempo, este hombre corpulento deambula por Tribunales y sigue, junto a otros familiares, los pormenores del litigio del que también participa como testigo.

A casi cuatro años de la tragedia, ¿cuál es su posición respecto de la responsabilidad de Callejeros y de su yerno, el manager de la banda?
Mi posición es muy clara y muy explícita. No resulta fácil, de repente, pasar de tener un yerno a tener un acusado, pero yo estaba en los recitales y, aunque ese día no pude ir de casualidad, tengo claro cómo actuaba Callejeros. Las víctimas fueron convocadas por la banda; la gente no fue a verlo a Chabán o pasó por la puerta, vio luz y entró. Fueron invitadas por Callejeros y pasó al tercer día de recitales.

¿“Pasó al tercer día” significa que no tuvieron en cuenta los principios de incendio de días anteriores?
El primer incendio ocurrió en mayo, creo, y el segundo dos o tres días antes, cuando tocó La 25. Ese día se quemaron cinco paneles, pero como el VIP estaba más o menos vacío la gente pudo apagarlo y no pasó a mayores. Pero ya, por el lado de Chabán, era un llamado de atención. Después de lo sucedido, cómo va a convocar a la banda que más pirotecnia llevaba.

O sea que Callejeros se caracterizaba por llevar mucha pirotecnia…
Sí, su característica desde el principio era esa, tanto en lugares cerrados como abiertos. Cuando tocaron en Excursionistas el fiscal de turno los sancionó por uso indebido de pirotecnia, porque aún en estadios o lugares abiertos la pirotecnia está prohibida.

¿Ese es el punto donde hay mayor responsabilidad de la banda en la tragedia?
Sí, porque está probado que el cacheo fue muy fuerte. Entonces, si se revisó a todo el mundo, por algún lado entró la pirotecnia, y es bien sabido que la pirotecnia la llevaban ellos. En un recital en Obras, la seguridad del lugar nos revisó a todos, y yo entraba con mi hija y mi yerno –que era el manager- y nos palparon igual. De todas maneras esa noche prendieron más de 200 bengalas, así que es muy claro que entraban por algún lado. Y no todo el mundo usaba las bengalas, sólo las bandas que tenían ellos (Callejeros), que eran dos grupos de seguidores muy fuertes. Yo estaba en el VIP de Obras y no podía fumar un cigarrillo por el gusto al humo de las bengalas.

¿Las bengalas no forman parte del rock?
Las bengalas siempre existieron, estaban en todos lados, pero ellos se quisieron caracterizar por el uso masivo de las bengalas, era parte de su show, su marca
registrada. Hay una grabación del año 1999, donde Pato (Fontanet, cantante de Callejeros) pide: “por qué no dejan prender una bengala”, y termina rematando: “una bengala, qué puede hacer, matan tanta gente afuera, qué puede hacer una bengala”. Ese día tocaron en Show Center, ¿cómo vas a prender una bengala ahí? Entonces, hay cosas que son muy obvias, que uno las piensa y dice “si yo hubiese estado en su lugar tendría que haberlo visto”. No hicieron nada para evitar la tragedia.

También se dijo que hubo advertencias durante el recital
Chabán, por ejemplo, siempre hacía advertencias, decía cosas similares, sólo que esa vez lo comparó con la que había pasado en Paraguay. Los primeros días dijo que estaba lleno, que podía pasar, que íbamos a salir en los diarios. Y el último día dijo “hay más de 6 mil personas, no tiren”, pero ya estaba prendido. Él tenía un cartel impresionante en la entrada que decía “prohibido el uso de pirotecnia”, y llevó a Callejeros, y después de dos días de bengalas permitió el tercer recital.

En la mayoría de los medios se explicita una situación de enfrentamiento entre los familiares de las víctimas. ¿Es así?
Yo no diría “enfrentamiento”. El problema se genera porque hay diferentes puntos de vista. Por un lado, están los familiares que van contra Callejeros, y por otro los que no. Eso crea una división, aunque nos juntemos y hablemos entre unos y otros, respetando los puntos de vista de cada uno. Es una división lógica dado que no hay un solo imputado en la causa, sino que son muchos. Hay padres que no responsabilizan a Callejeros porque sienten que estarían insultando la memoria del hijo, porque el hijo fue a ver a la banda, eran sus ídolos. Es otro punto de vista, y hay que entenderlo, el hecho de haber estado dentro de los recitales me da otra visión que no espero que tengan todos. El enfrentamiento abierto se da entre los padres y muchos sobrevivientes, con algunos sobrevivientes y seguidores de Callejeros que no están en la causa y que podrían haber estado con los que prendían las bengalas.

¿Piensa que están todos los culpables en el banquillo?
Yo no hablo de culpables porque no soy juez ni soy abogado, puedo hablar de responsables. No, no están todos, faltan muchos. Fuera de los responsables políticos, falta la gente que prendió las bengalas, los que las tuvieron en la mano. Porque esa gente no está en el juicio, queda cubierta por la misma gente de Callejeros.

Y los responsables políticos son…
Son todos a quienes les competía. Y por supuesto que a Ibarra le competía porque nombró a la gente que estaba, a su gente. Porque, por ejemplo, la jefa de seguridad, que era Fabiana Fiszbin –creo que es maestra jardinera- es amiga de la hermana de él. O sea, son puestos “a dedo”. Y que lo saquen del juicio, que lo liberen de culpa y cargo sin haber declarado es una aberración de la justicia. Las 22 mil fojas del juicio político con las pruebas contra Ibarra hicieron que se lo juzgue políticamente y se lo encuentre culpable. Entonces, si sus pares lo consideran culpable, cómo la justicia común no lo imputa.

¿Pensó el caso en “orden de responsables”?
Yo supongo que no todos son responsables de la misma manera, lo son pero en diferente grado. Desde ya, acá nadie quiso perjudicar a nadie, pero la desidia, la negligencia, el “qué me importa”, el “yo hago lo que quiero”, llevaron a esta tragedia. Hoy van a ver a Callejeros y Chabán pasándose la pelota, pero antes había una amistad entre ellos. Son profesionales gracias a Chabán , incluso fueron quienes inauguraron Cromañón. Que a veces se desconozcan y se tiren culpas no significa nada. Si lo dejamos hablar a Chabán, mañana estamos buscando al kiosquero que vendió el encendedor, para echarle la culpa, porque se quiere liberar y es entendible, ¿quién quiere ir preso?

¿Repudia la decisión de Callejeros de tocar después de la tragedia?
Sí. Supongo que consideran que tocando se sienten menos culpables o traerán más gente para decir “nosotros no hicimos nada”. Por ahí buscaron formar una imagen de no culpabilidad ante la sociedad, no quiero pensar que lucraron con el dolor. Pero por las declaraciones que hicieron hoy es para agarrarlos a patadas, porque dijeron que ganaban aproximadamente 1500 pesos mensuales. Mi yerno dijo que ganaba entre 500 y 700 pesos mensuales en la banda, una burla total.

¿Tuvo algún contacto con su yerno después de Cromañón?
A los tres meses, vino a mi casa, habló conmigo, yo quise escucharlo para ver qué me decía pero no me dejó nada en claro, me confirmó muchas cosas que yo ya sabía. Yo había recibido amenazas por parte de la gente de Callejeros, llamaron a la casa de mi padre para decirnos que nos dejáramos de hablar, a mi ex mujer y a mí, especificando que ella se callara la boca (porque yo soy un poco menos “amenazable” que ella). En mayo de 2005 perdí a mi padre, que era un hombre muy grande, murió de tristeza, viéndome pelear y escuchándome pelear en las radios y hasta putear al presidente. Un padre no puede ver sufrir a un hijo, sufría él, sufría yo, mi hija era su única nieta y la adoraba, y encima se tenía que bancar amenazas.

Después de tanto dolor, ¿tiene expectativas en este juicio?
Las pruebas que hay son concluyentes. Desgraciadamente dependemos de la justicia del país, que no es muy creíble. Pasaron tres años y ocho meses, uno tiende a volverse un poco incrédulo. La justicia no satisface cuando uno perdió un hijo, den la pena que den no va a haber una satisfacción pero sí un poco de paz, el dolor que siente uno no desaparece. Mi ex mujer se está muriendo y se va a morir, cuando termine el juicio y vayan presos se mata porque no quiere vivir más. La satisfacción que uno puede lograr es inexistente, lo único que pretendemos es que nos digan qué pasó y que los responsables tengan un castigo, justo o injusto, no lo vamos a saber nunca.

martes, 2 de septiembre de 2008

Teatro: Entrevista con Alejandro Paker

“SIEMPRE SOÑÉ QUE EN ALGÚN MOMENTO ALGUIEN DIRÍA: VAMOS A DARLE BOLA A ESTE CHICO”

Humildad, profesionalismo y perseverancia, tres cualidades que definen al talentoso actor, cantante y bailarín Alejandro Paker.
Por Sandra Spina (Comisión 8)
A poco más de dos meses del estreno de Pepino el 88, musical que encabeza junto a Víctor Laplace y Karina K en el Teatro Alvear, Paker reflexiona en esta entrevista sobre diversos temas: parte de la historia e importancia de la obra para la reivindicación de la cultura nacional, el giro en su carrera luego de haber encabezado Cabaret y cómo, gracias a su permanente esfuerzo, alcanzó un lugar de reconocimiento que asegura no haber esperado.
¿Cómo llegó el proyecto de Pepino el 88?

Llegó cuando Daniel Suárez Marzal, el director del San Martín, y el productor artístico René Aure fueron a ver Cabaret y les gustó mi laburo y, a las pocas semanas, me llamaron para ofrecerme Pepino el 88. No hay mejor casting que te vean trabajar. Fue irónico porque, después de muchos años de insistir, mandando material, para trabajar en el San Marín, me llamaron para finalmente darme fecha para un casting. ¡Yo estaba choco! (risas), pero ya me habían propuesto el proyecto de Pepino.

¿Cómo se llevó a cabo la investigación?

Originalmente era un proyecto para unos especiales en Canal 7 pero, por una cuestión de presupuesto, quedó en la nada. Luego se lo proponen a Suárez Marzal para hacer en teatro y después surgió la propuesta como un musical; también fue una idea de Víctor Laplace. Ellos ya habían investigado bastante. Posteriormente nos contactamos con Beatriz Seibel, la mejor historiadora que tenemos de teatro nacional y además especialista en circo criollo, que nos dio no sólo sus libros sino material anecdótico. Y esto último fue fundamental para conocer lo que yo llamo “los olores del personaje”: sus detalles íntimos, sus vínculos.

La obra trabaja, por un lado, sobre un romance enredado en un triángulo amoroso, y por otro, tiene un importante trasfondo político y cultural a fines del siglo XIX. ¿Hacia dónde cree que apuntó más fuertemente la intención del director?

El triángulo amoroso es apenas una de las anécdotas que se cuentan en la obra, no es el eje. Y en eso también fue criticada, muchos dijeron que no se termina de resolver ninguna de las cosas. Sin embargo, el director quiso reflejar lo que pasaba en ese momento, hacer una especie de “documental teatral”, fotografías de ese entonces: qué pasaba en los camarines, en la arena, en los barrios, el contexto político.

Quizás mostrar cómo se fue “cocinando” nuestro teatro nacional.

Exactamente. Además estaban, por un lado, aquellos a favor de promover a los autores argentinos para que hablaran de nuestra idiosincrasia; y por otro, los “chicos bien”, los highlife, que estaban en contra de nuestro teatro y se hacían los franceses o ingleses; querían hablar con acento extranjero porque eso era ser top. Sobre todo, en una época donde venía teatro de afuera y era un momento de mucha mezcolanza cultural donde las mismas óperas que se estrenaban en Milán, al mes se presentaban acá.

¿Cree que el público realmente se compromete, logra esa revalorización de lo nuestro, o simplemente se limita a mirar la obra “desde afuera”?

Creo que hay un momento inevitable en donde es imposible que no te toque la “fibra de argentino” más escondida que tenés: cuando aparece una enorme bandera nacional y todo el elenco baila el Pericón. Estoy seguro que es ahí donde nos toca a todos esa “fibra” nuestra tan enojada con las cosas que pasaron y pasan. Es el momento donde se reivindica este deseo de ser auténticos, de tener nuestra propia cultura. Como diría Marcos Aguinis: “el atroz encanto de ser argentinos”.

Teniendo en cuenta que su personaje, Frank Brown, es acróbata y que usted temía a las alturas, estimo que representó una difícil barrera para interpretarlo tanto en lo físico como en lo emocional.

Definitivamente. Una de las primeras cosas que me dijo Daniel (Suárez Marzal) cuando le planteé que no sabía nada de acrobacia, fue que lo resolveríamos de “una manera poética”. Pero yo quería afrontar la situación, por eso me contacté con un reconocido entrenador de circo, el “Mono” Silva. Fue él quien me ayudó a superar el miedo y a trabajar no sólo mi cuerpo sino también la movilidad que debe tener un acróbata, que es muy diferente a lo que hacía anteriormente cuando interpretaba al maestro de ceremonias en Cabaret.

Hablando de Cabaret, se ganó un gran reconocimiento por su interpretación; así lo demostraron los premios Clarín, ACE, Florencio Sánchez y el reciente Trinidad Guevara. ¿Cree que la obra marcó un quiebre o el inicio de una nueva etapa en su carrera?

Sin duda fue la obra bisagra. Pero personalmente trabajé como lo hice siempre en todos mis laburos. Nunca esperé que viniera ese reconocimiento. En verdad, siempre soñé que en algún momento alguien dijera “vamos a darle bola a este chico” (risas) y así fue. Algo que vino del cielo…

Y del esfuerzo…

Sí, no me queda ninguna duda. Pero ésto en algún momento debería pasarle a todos. Personas del ambiente con mucha trayectoria dicen que hay un momento bisagra en la carrera de cualquier actor donde, quizás interpretaste mejores papeles, pero te descubren por otro y, a partir de ese, te empiezan a tener en cuenta. En mi caso, audicioné para todos mis trabajos, sin que nadie me llamara, hasta que hice Cabaret y luego me convocaron para Pepino. En este sentido, fue la primera vez que me pasó.

Actores, actrices y productores, como Adrián Suar, Alejandra Rodano, Mariana Correa y Patricia Echegoyen, lo definen como un verdadero “luchador”. Personalmente ¿cómo se definiría con una sola palabra?
(Duda unos instantes) perseverante. Creo que tiene que ver con no claudicar, hacés una cosa u otra y siempre hay quienes te quieren correr del camino de la lucha. Yo creo que nunca me corrí, simplemente “paré”, me tomé un descanso. Siempre supe cuál era mi deseo. Y también sé que es lo que me gustaría llegar a ser.

domingo, 24 de agosto de 2008

Clase del 25 de agosto

Comisiones 8 y 10:
Como sabrán mi modalidad de protesta es el paro activo, asistiré a clase y recuerden que deben entregarme las entrevistas, que no recibiré vía e-mail. Yo les devolveré los sumarios y comentarios de los libros, que nos ayudarán a comenzar a trabajar sobre el nuevo periodismo.
Saludos, Clarisa.

viernes, 22 de agosto de 2008

Información de interés

Comunicado de Prensa
El viernes 22 de agosto
LA UBA SE MOVILIZA AL MINISTERIO DE EDUCACION

En el marco del Paro y Movilización Nacional de la Conadu Histórica
Partirá a las 18 hs. desde Plaza Houssay
Al cumplirse el segundo día del paro nacional por 48 hs. de la docencia universitaria, resuelto por la Conadu Histórica , los docentes y estudiantes de la UBA marchan al Rectorado y al Palacio Pizzurno
La movilización se realiza en apoyo al reclamo de un aumento de emergencia del 30% para los salarios docentes y por un aumento de emergencia del presupuesto de la UBA (que se agotará en octubre por faltar 300 millones para llegar a fin de año) con destino específico para asignar su salario a los miles de docentes que aún trabajan “ad honorem” (sin remuneración, obra social ni jubilación), a los miles que cobran salarios inferiores a su categoría y designación (ej. Adjuntos con salario de ay. de segunda) y para la inmediata ejecución de las obras frente a la total crisis edilicia.
La movilización reclama además por la movilidad de los haberes jubilatorios para los todos los docentes e investigadores, con repetidos fallos favorables de la Corte , y en rechazo al Proyecto del Ejecutivo que no sólo niega este reclamo sino que además excluye del beneficio a los exclusivos e investigadores ya amparados.
Convocan La Asamblea General y el Plenario de Secretarios Generales de la AGD-UBA , la Junta Ejecutiva de la FUBA y todos los Centros de Estudiantes de las Facultades.
En las últimas horas adhirieron a la marcha las masivas Asambleas Interclaustros de docentes, estudiantes y no docentes de Arquitectura (que luchan desde hace dos semanas contra el ajuste presupuestario y contra el despido encubierto de 180 docentes) y la de Sociales movilizada por el Edificio Unico paralizado desde hace años.
Néstor Correa
Secretario General AGD UBA
Contactos:
Néstor Correa Secr. General 15 5 052 4260
Antonio Rosello Secr. Adm. 15 6 9053406
Ileana Celotto Secr. De Prensa 15 6 905 3408
Claudia Baigorria Secr. General Conadu H 15 6 725 8433

miércoles, 13 de agosto de 2008

TP para el 25 de agosto

Comisiones 8 y 10:
Para el próximo 25 de agosto deberán realizar una entrevista. La idea es que sea editada en forma de pregunta-respuesta, con una cabeza que introduzca al personaje y la razón por la cual ha sido publicada su entrevista. Todo debe llegar a los 5000 caracteres con espacio. Si optan por hacerla en pareja (2 personas) la extensión de la nota deberá ser de 8000.
Además el artículo deber ir acompañado de una volanta, un título y una bajada o copete, según preferencia. Para esto último recomiendo que relean el apunte de géneros, estilos... para refrescar las diferencias entre estos elementos de edición.
Por otro lado, en cuanto a la entrevista en sí misma, aclaro que quiero que sea en persona (entrevista cara a cara), no acepto entrevistas realizadas por mail, teléfono, etc.
Por ultimo, su entrevistado pude ser alguien reconocido públicamente o no. Pero en este último caso debe tener algún valor periodístico que justifique su aparición en un medio. El personaje debe ser convocado a la entrevista con algún tema que lo vincule a la actualidad. Piensen por qué sugerirían a su editor entrevistar hoy a esa prsona. Los criterios de noticiabilidad también son útiles para pensar su personaje, además del material leído sobre entrvista: Una persona puede ser entrevistada como personaje, como especialista, como partícipe de un hecho noticioso, etc.
Cualquier consulta, pueden hacerlo por mail.
Suerte, nos vemos, Clarisa.

jueves, 7 de agosto de 2008

“Una película no cambia a la sociedad”

Por Camilo Alves (Comisión 8)

Son las 19. Se ajustan los últimos detalles técnicos en el estudio de TV de la facultad de Ciencias Sociales, que hará las veces de auditorio. Mientras recibe una botella de agua, Pablo Reyero, el entrevistado, se muestra calmo y hasta se permite un chiste: “A esta hora preferiría un mate”. Los alumnos, devenidos en periodistas para esta ocasión, van ocupando sus lugares. Una vez acomodados, la profesora Clarisa Veiga rompe el hielo interrogando a Reyero acerca de su paso por la carrera de comunicación en la UBA. Luego de resaltar el valor teórico y sus posteriores utilidades en su trabajo, Reyero enfrenta las preguntas del alumnado.

¿Cómo fue su introducción en el ambiente cinematográfico viniendo de la UBA, que no se orienta específicamente al cine?
Bueno, es más difícil. Pero en mi caso particular tiene que ver más con una elección de donde pararme dentro de lo que es el medio audiovisual en Argentina, que es muy amplio, muy diverso y muy complejo. Yo ocupo dentro de ese medio un lugar más o menos marginal, por elección. Mi forma de hacer poco tiene que ver con la forma industrial de hacer cine. De todas formas, se valora la habilidad que uno se lleva de la UBA porque se sabe que no se incorpora en ningún otro lado.
¿Por qué eligió ocuparse de lo marginal en sus películas?
Tiene que ver con el lugar de donde yo vengo (Villa Gessel) y con la familia de donde yo vengo, una familia de clase baja. Yo vengo de un mundo vinculado a todo eso, me parece que es cotidiano a todos. En el fondo no me parece que es tan marginal, sino que son temas marginalizados. Y tanto el periodismo como el arte, en su esencia, tienen que ver con la búsqueda de la verdad, con develar lo que está oculto.
¿Cómo cree que puede ayudar a cambiar la sociedad esto de mostrar la verdad a través de tus films?
Una película no va a cambiar la sociedad ni va hacer una revolución. Ni una película ni una canción ni una nota periodística. Creo que hoy día, como está el mundo, la batalla es cultural. Es en el terreno de la cultura (o de las culturas) donde se disputa día a día intentar hacer de este mundo un lugar un poco mejor.
¿Qué opinión le merece el rótulo de “Creador del nuevo documental argentino” por parte de la prensa?
Ninguna. Los rótulos pesan más de lo que ayudan. Todo eso tiene que ver con necesidades de la crítica. El nuevo cine argentino era como el Boom y eso no es así. De hecho, hay “booms” cada cinco o diez años. Son definiciones que ayudan a objetivizar un movimiento que es mucho más complejo. No creo que haya un “nuevo cine argentino” ni un “nuevo documental argentino”. Hay raíces muy importantes a lo largo de la historia que demuestran que esto no es así.

Ante la pregunta acerca de si prefiere el cine documental o de ficción, Reyero es tajante: “Las dos cosas. Me gusta mucho el cruce. Todos los documentales tienen algo de ficción y las ficciones tienen algo de documental.”
Según el director, nunca tuvo que ceder ante ninguna presión comercial, aunque admite que es un camino mucho más lento hacer cine independiente. “Tiene sus pro y sus contras. Hacés sólo lo que querés hacer y cómo lo querés hacer pero a la vez te comés todos los obstáculos que pueda haber. Tuve propuestas para hacer cine industrial, pero hacer una película, que es algo que perdura, que sea buena o mala va a seguir estando ahí, me da miedo. No acepto propuestas de hacer algo sobre lo que no esté convencido internamente, porque no me saldría. Las tres o cuatro oportunidades que tuve de hacer una película por encargo con algo que no me interesaba, no acepté. Para desgracia de mi bolsillo (risas).”
Su próximo proyecto es una ficción. ¿Tiene alguna idea para un próximo documental?
Sí, ideas siempre hay. Por lo general, en este medio conviene tratar de tener dos o tres proyectos a la vez porque uno nunca sabe cuándo va a salir o si va a salir algo. Estoy empezando a desarrollar un nuevo proyecto de documental, por si se retrasa la ficción, que tiene que ver con una familia de campesinos militantes del Chaco que estuvieron escondidos cuatro años en el monte escapándose de la represión durante la última dictadura. Tuvieron dos hijos en el monte. A la nena la tuvieron que dar y terminó en un orfanato. Cinco o seis años después los familiares pudieron dar con ella y para que la tuviera un familiar mientras ellos estaban en el exilio.”Reyero finaliza recomendando al canal Encuentro como la mejor posibilidad para conseguir trabajo para los estudiantes de comunicación, además de contar los esfuerzos que hace desde su rol de asesor del área Cine de canal 7 para lograr transmitir películas infrecuentes en los rayos catódicos. Fiel a sus intereses, Reyero logra transmitir al público desde sus trabajos (fílmicos o no) un poco más de cultura y realidad.

miércoles, 6 de agosto de 2008

"La Facultad me dio capacidad teórica para analizar la realidad"

Por Daniel Bestty Gil (Comisión 10)

“La teoría de la UBA no se encuentra en ningún lado, hay que defender la Universidad pública. Es más difícil trabajar en el medio viniendo de la UBA, ocupas un lugar más marginal”, aclara Pablo Reyero como para entrar en confianza, ante la mirada atenta de más de 30 alumnos que anotan todo lo que el cineasta va contando con esa voz áspera. Parece claro para Reyero, que se graduó en la UBA de Licenciado en Comunicación Social en 1995, que la facultad le brindó un bagaje teórico diverso para la profesión y para la vida.

La Facultad me dio capacidad teórica para analizar la realidad; y con la práctica profesional, hecha por fuera de la Facultad, cubrí la otra parte necesaria para hacer cine.

Reyero nació en Villa Gesell, proviene de una familia humilde y se crió en un ambiente tranquilo, será por eso que su forma de hacer cine es poco industrial y sus películas parecen estar siempre a contramano de las producciones más taquilleras.

¿Por qué lo marginal en sus films?
Tiene que ver con el lugar de donde vengo, tiene que ver con lo que uno es y porque me parece más real. Igual, en el fondo los temas no son marginales sino “marginalizados”.

¿Cree que el cine ayuda a mostrar la verdad?
Hay que ser sincero, ninguna película va hacer una revolución. Sí creo en los cambios culturales, en un quiebre en los esquemas de pensamiento. Creo que hoy en día la batalla es cultural. Hay que intentar hacer de este mundo algo mejor. Cada vez cuesta más hacer cine independiente, pero independiente de la cabeza, entonces lo que uno debe hacer es seguir una línea con pasión.

Durante la entrevista en el salón de televisión de la Facultad de Sociales de la UBA, con sus manos sobre el escritorio, Reyero tose un poco y hace referencia al cine industrial.

Tuve propuestas del cine industrial pero hacer una película mala me da miedo, no acepto hacer propuestas de las que no esté convencido interiormente. Las tres o cuatro oportunidades de hacer películas por encargo las deseché.

NUEVOS PROYECTOS
Pablo Reyero, después de haber colaborado en Las Tumbas y a fines de 2007 estrenar Ángeles Caídos, se encuentra trabajando en un nuevo documental, aunque aclara que siempre “conviene tener 2 o 3 proyectos a la vez porque es muy difícil saber cuando van a tomarte alguna idea”.

¿Qué es lo básico para realizar un proyecto?
Para ello hay que estar atento a encontrar una historia que se pueda hacer bajando de un colectivo, siempre lo más importante es hacer. El bagaje teórico nos permite contar las historias desde otro lado y existe financiamiento público para proyectos marginales.

¿Y de qué se trata su nuevo trabajo?
Tiene que ver con una familia de campesinos del Chaco impnetrable, escapándose de la dictadura, que están en el monte, con dos hijos. Este matrimonio sigue viviendo allá con otras 10 familias que trabajan no más de 2 o 3 hectáreas cada una y se autoabastecen.

En el nuevo documental, Reyero cuenta que estará acompañado por el cineasta Alejandro Fernández Moujan con el que trabajará la idea “de lo que fue el escape y la huida, los cuatro años en el monte de esa familia y lo que fue la represión en el interior del país. Pensemos que la represión en el interior profundo fue tremenda, no había ningún tipo de control y esta historia nos permite contar eso”.

¿Usted tiene algún tipo de militancia política? Pensando en las temáticas de tus películas no...
Mi militancia está en hacer las películas que hago, en comprometerme totalmente en ellas, esta es la única militancia que me reconozco. No soy un cuadro político ni me interesa serlo.

miércoles, 30 de julio de 2008

Reyero: “Cada vez cuesta más hacer algo independiente”

Por Ramiro de Anchorena (Comisión 10)
Pablo Reyero, director y productor de cine, expresó ayer que en la actualidad los recursos para hacer films se concentran en unas pocas manos y por lo tanto las películas responden a esos intereses, lo que dificulta la existencia de producciones independientes que no formen parte de ese sistema.
En la conferencia de prensa brindada en la Facultad de Ciencias Sociales a alumnos de Comunicación Social de la Universidad de Buenos Aires, el director de La cruz del sur afirmó: “Cada vez cuesta más hacer algo independiente”. Y se refirió sobre todo al género de ficción, el cual resulta un medio caro y determinado por los gustos de quienes poseen los recursos necesarios para llevarlo a cabo. El cineasta reconoció que quienes deciden trabajar fuera de ese sistema comercial deben atravesar un camino mucho más lento y con infinidad de obstáculos. “Yo ocupo en el medio un lugar marginal por decisión propia, mi forma de ver no tiene que ver con la forma industrial de hacer cine”, sostuvo Reyero.
Por otra parte, anunció que está trabajando en dos proyectos al mismo tiempo. Una ficción, sobre la que prefirió no adelantar nada, y un documental sobre una familia de campesinos del Chaco que vivieron cuatro años en un monte escapando de la represión militar durante la última dictadura. “Nosotros conocemos el proceso de a dictadura acá en las ciudades, pero en el interior profundo fue tremenda”, opinó el director. En este caso, dijo que se trata de un proyecto que requiere de algún financiamiento, por las características de la película y los objetivos que se persiguen, ya que pretende internarse en el monte para revivir la historia de aquellas personas.
El productor de Dársena Sur explicó alguno de sus motivos por los que casi siempre incluye en sus films temáticas acerca de personas marginadas y dijo: “En el fondo pienso que no es tan marginal, son temas marginalizados. Es una temática más real, teniendo en cuenta el presente de nuestra sociedad, que muchas otras”. Además, Reyero dijo que a pesar de que una película no puede cambiar a la sociedad, sí cree en los cambios culturales, los cuales opina que son procesos más largos. Y sostuvo que nunca formó parte de un partido político, pero afirmó: “Mi militancia está en el modo de hacer las cosas que hago”.
El ganador del premio “Mejor director joven” otorgado en el Festival de Cannes en 2003 informó que ha recibido ofertas para realizar trabajos por encargo, pero que por desgracia de sus bolsillos no las aceptó debido a no estar plenamente convencido con las temáticas de las propuestas. Por su parte, dejó en claro que tanto la ficción como el documental son dos géneros que le gustan y que no tiene preferencias por ninguno. “Dentro de los documentales hay muchas cosas de ficción, como dentro de la ficción hay mucho de documental”, agregó el cineasta.
A la hora de recomendar un camino a seguir para los estudiantes de Comunicación Social, carrera de la cual Reyero egresó en 1995 de la UBA, sostuvo que la clave está en desarrollar proyectos que se puedan hacer con muy poco, que es cuestión de abrir los ojos y observar qué es lo que hay alrededor. “El principal rasgo que define a un director de cine es su sensibilidad de elegir, es el elemento más importante”, señaló. También dijo que la tecnología de hoy en día permite llevar a cabo ideas con muy pocos recursos. Y agregó que la carrera universitaria le dio un bagaje teórico que le permitió desenvolverse de una buena manera en su profesión, y más aún estudiando en la Universidad pública, la que provee una formación que las instituciones privadas, en su mayoría, no ofrecen. Reyero hizo referencia a diferentes formas de financiamiento disponibles en el ámbito cinematográfico nacional, e informó que El Fondo Metropolitano de las Artes es un lugar al cual se puede concurrir en busca de un apoyo económico para comenzar con un proyecto fílmico. Y, a su vez, el Instituto del Cine otorga dinero para el desarrollo de esos proyectos. “La clave está en la forma de presentar las ideas”, afirmó Reyero.